La Conferencia Episcopal cierra filas en torno a Francisco con el tándem Omella-Osoro

El nuevo presidente de los obispos propone al Gobierno y a la sociedad «caminos de conciliación y convivencia»

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella Guillermo Navarro

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Pocos días tranquilos esperan al cardenal Juan José Omella después de que este martes sumara a sus responsabilidades como arzobispo de Barcelona las de presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). «Entro en este camino con temblor y temor pero tengo un modelo a seguir, el de mi predecesor, el cardenal Ricardo Blázquez, que ha sido una persona prudente y ha actuado en comunión con todos». Esas fueron este martes las primeras palabras de Omella ante los medios de comunicación, minutos después de ser elegido presidente de la CEE para los próximos cuatro años.

El cardenal arzobispo de Barcelona se pone al frente de los obispos de la mano de otro cardenal, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que ejercerá las funciones de vicepresidente. Con este tádem la Conferencia Episcopal Española cierra filas en torno a Francisco , ya que ambos prelados se han convertido por diferentes razones en personas de confianza del Papa argentino. El proceso para llegar a este resultado, sin embargo, no ha sido fácil. Omella consiguió este martes un respaldo mayoritario de los obispos en una segunda votación, mientras que Osoro tuvo que pasar por una tercera. Con todo, Omella consiguió prácticamente doblar en número de votos al segundo candidato con más apoyos, el fraile franciscano y arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes.

«No reabrir heridas»

Curtido en la batalla secesionista que no solo divide a la sociedad sino también a la Iglesia catalana, el cardenal Omella pidió este martes «buscar entre todos caminos para crear puentes de convivencia y fraternidad». Fueron sus palabras más repetidas ante las heridas abiertas y el ánimo de confrontación que anida en la sociedad española, como consecuencia no solo de la deriva independentista, sino también de las múltiples batallas ideológicas desde las cuales el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos pretende abordar cuestiones tan importantes como la educación, los cuidados al final de la vida o la memoria histórica.

«No quisiera que se reabrieran heridas. La convivencia siempre es posible. Hay que avanzar por caminos de no confrontación, de conciliación y de convivencia», propuso el nuevo presidente de la CEE casi como un ruego.

Consciente de que las críticas le lloverán por la izquierda y por la derecha y también por parte de los defensores de la unidad de España y de los independentistas, el cardenal Omella envió este martes un aviso a navegantes al ponerse del lado del diálogo y el servicio al bien común. «No podemos servir bien sin amor a la sociedad que nos toca vivir», advirtió.

Desde ese horizonte compartido del bien común, el prelado no dudó en «desear y augurar éxito» al Gobierno de coalición PSOE-Podemos ante «los problemas tan complicados que tocan cada día». Pero con la misma claridad y contundencia pidió a renglón seguido que «se trate con respeto a la Iglesia». «Nosotros no queremos privilegios pero sí que se nos trate con respeto como se trata a todas las instituciones. Eso es lo loable y lo deseable», indicó.

Sobre los retos propios de la Iglesia en España, el cardenal Omella no astisbó ninguna duda sobre cuál debe ser el camino a seguir. «Recuperar el gozo y la alegría. La alegría del Evangelio», afirmó el prelado, quien animó a todos los obispos a trabajar unidos «para que el próximo plan pastoral de la Conferencia Episcopal dé una respuesta al mundo actual». Esa Iglesia pegada a la realidad comenzó a andar este martes ante la alarma social que despierta el avance del coronavirus , poniendo en peligro la celebración de las procesiones de Semana Santa. El cardenal Omella pidió sobre todo «tranquilidad». «Yo quisiera quitar alarma y pedir que sigamos las recomendaciones que se dan desde el Ministerio de Sanidad», aseguró.

Un Ejecutivo equilibrado

El trabajo del cardenal Omella al frente de la CEE estará respaldado por la Comisión Ejecutiva, que ampliará su número de miembros de seis a nueve . Además del presidente, el vicepresidente y el secretario general, pasarán a formar parte de este importante órgano de decisión de la Iglesia el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes y los obispos Ginés García Beltrán (Getafe), Mario Iceta (Bilbao); Jesús Catalá (Málaga), José Ángel Saiz Meneses (Terrasa) y José María Gil Tamayo (obispo de Ávila y ex secretario de la CEE).

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