El cardenal Becciu, en el juicio: «No he malversado ni un euro»
«Quiero que se proclame la verdad, se lo debo al Santo Padre»
El primer cardenal que se sienta en el banquillo de acusados del Vaticano niega haber desviado fondos a su familia
Este jueves por la mañana, por primera vez un cardenal ha sido interrogado como acusado en un tribunal del Estado Ciudad del Vaticano. Se trata del cardenal Angelo Becciu , que fue despojado en septiembre de 2019 de los honores y derechos de ese cargo cuando se destapó el uso irregular de fondos reservados de la Secretaría de Estado.
«Nunca he querido que un euro, ni siquiera un céntimo, de los que he gestionado fuera malversado, mal utilizado o usado para fines que no fueran exclusivamente institucionales», ha subrayado Becciu antes de empezar a responder las preguntas del tribunal.
El purpurado ha llegado solo al aula preparada en los Museos Vaticanos para respetar las normas anti-covid. Iba vestido de clérigo y llevaba la cruz pectoral. Ha permitido que las cámaras registren sus respuestas.
En este enrevesado proceso los tres jueces intentan aclarar la responsabilidad de Becciu y otros nueve acusados sobre tres cuestiones. La más complicada es la inversión del departamento entonces guiado por Becciu, en un edificio en Londres. La compra se realizó con fondos reservados. En el proceso, intermediarios y empleados corruptos saquearon las arcas de la Santa Sede, que perdió unos 217 millones de euros.
La segunda cuestión, que es la que han afrontado este jueves, es determinar si el cardenal favoreció a su familia con el envío en tres pagos de 225 mil euros a una cooperativa que daba empleo a personas sin recursos, pero gestionada por su hermano.
La tercera, quizá la más curiosa, se refiere al extraño pago de 500 mil euros a una supuesta «agente secreta», teóricamente para liberar a misioneros secuestrados en África. Ella se los gastó en productos de lujo.
El presidente del tribunal ha preguntado a Becciu si sigue escudándose en el «secreto pontificio» para evitar las preguntas sobre la agente secreta. «Tiendo a confirmar que está en vigor el secreto pontificio, pero aceptaré lo que decida la autoridad», ha respondido. Por eso, el juez ha solicitado a la Secretaría de Estado que pregunte al Papa si elimina o no ese secreto.
A continuación, Angelo Becciu ha reconstruido tres pagos a la cooperativa gestionada por su hermano. Según su versión, la clave es que esta institución es el brazo operativo de la Caritas de la diócesis de Ozieri, en Cerdeña.
El primero es de 2013. Dice que cuando vio que daban trabajo a 16 personas en situación vulnerable, hizo un primer préstamo de 100 mil euros de su proprio bolsillo, pero aceptó que le devolvieran sólo la mitad.
A los fiscales les parece sospechoso que este y los otros dos pagos a la cuenta de Cáritas llevaran la misma indicación : «Para la Cooperativa Spes». El juez ha dicho que es una «irregularidad formal que podría tener un valor sustancial». Becciu respondió que fue el obispo quien indicó la cuenta corriente donde enviar los fondos. Dice que la Secretaría de Estado enviaba ayudas de caridad fiándose de quien la solicitaba.
«Si hay irregularidades, que lo mire el dicasterio de los obispos, que es quien los controla. A mí me pidieron ayuda para una cosa buena y ayudé. Nos ocupábamos de la caridad», ha explicado. También ha aclarado que su hermano la gestionó a título gratuito desde 2005 hasta 2015, y que luego hasta 2021 cobró un sueldo de sólo 1.800 euros al mes.
Una "masacre mediática"
El interrogatorio ha durado 30 minutos. A causa de un caso de Covid en su oficina, no estaban ni el fiscal jefe, Gian Piero Milano, ni su «número dos», Alessandro Diddi, mucho más agresivos en sus preguntas que el presidente.
El cardenal además, ha leído una declaración en la que ha lamentado que ha sido sometido a «una masacre mediática sin precedentes, presentado como el peor de los cardenales ; una campaña violenta y vulgar con acusaciones de todo tipo con eco mundial».
«Me han retratado como un hombre corrupto : avaricia de dinero, desleal al Papa, preocupado sólo por el bienestar de mi familia», ha asegurado Becciu. «Ha habido acusaciones sobre la integridad de mi vida sacerdotal, sobre haber financiado a los testigos en un juicio contra un hermano, incluso sobre poseer pozos de petróleo o paraísos fiscales. Son acusaciones absurdas, increíbles, grotescas y monstruosas», se ha defendido.
Becciu se ha preguntado sin responder « quién quería todo esto y con qué propósito ». Pero ha asegurado que se presentaba ante el tribunal «con la cabeza alta y la conciencia tranquila, defendiendo mi derecho a la inocencia».
«A pesar del clamor de los medios de comunicación», ha dicho al tribunal, «confío en su imparcial juicio», ha añadido. «Declaro mi total disposición a buscar y decir la verdad, quiero que se proclame cuanto antes. Se lo debo a mi conciencia, a mis antiguos colaboradores, a todos los hombres y mujeres de la Curia». Y, ha dicho que también se lo debe «al Santo Padre, que ha declarado que cree en mi inocencia».
A la salida, sus abogados han asegurado satisfechos que «se ha demostrado con la fuerza de la evidencia absoluta, el correcto uso de las sumas gestionadas por la Secretaría de Estado, con el único y exclusivo fin de la caridad. La sospecha de irregularidades ha sido así eliminada, confirmando la inocencia del cardenal, que él siempre ha mantenido».
El tiempo dirá si los jueces opinan lo mismo . El próximo 30 de marzo interrogarán al secretario de Becciu, que además también aparece en la lista de acusados.
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