Cáncer de mama
Las barreras por superar en los tratamientos contra el cáncer de mama
Un nivel de información óptimo para escoger libremente dónde y por quién ser tratado. Así como el acceso libre de medicamentos sin trabas burocráticas son algunos de los principales obstáculos en el tratamiento
Un paciente diagnosticado de cáncer de mama tiene mucha dudas. Necesita la información y el apoyo psicológico suficiente para hacerse las preguntas adecuadas. Como cuáles son los profesionales, centros y tratamientos más óptimos de acuerdo al tipo particular de carcinoma que padece. No es para menos. Este tumor representa la primera causa de mortalidad por cualquier enfermedad oncológica entre las mujeres españolas. Encontrar las respuestas no será fácil y aún existen una serie de barreras con las que lidiar, como las burocráticas. según expusieron expertos en unas jornadas de debate que organizó ABC Salud en colaboración con la compañía Roche.
Estas barreras que pueden determinar el acceso más o menos rápido a los fármacos, según la comunidad en la que se resida. Una vez que un medicamento ha demostrado su eficacia en pacientes en sucesivos ensayos clínicos y tras haber sido aprobado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Su uso en España depende de la autorización, financiación y fijación de precios por parte del Sistema Nacional de Salud y de diferentes comisiones autonómicas. El paso siguiente debería ser su completa disponibilidad. Sin embargo, este proceso consta de más fases. Para garantizar la máxima objetividad en la fijación de precios, se tienen en cuenta los informes sobre utilidad terapéutica que elabora la Agencia Española de Medicamento con las comunidades autónomas. Esto es, los Informes de Posicionamiento Terapéutico o IPT. Y aún hay más. Algunas comunidades realizan sus propias reevaluaciones antes de autorizar su acceso.
Con la ley en la mano, no tendría que suceder esto. De acuerdo al director Corporate Affairs de la empresa farmacéutica Roche, Federico Plaza, «en la última modificación que se hizo de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios. Ya se estableció que el IPT era el posicionamiento de productos a escala nacional. La ley incluso añade un párrafo donde establece que el informe tendrá carácter vinculante para todas las comunidades». Como se encarga de recordar el oncólogo de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Clínico, José Ángel García, la consecuencia de estas trabas burocráticas es que «desde la aprobación de un fármaco por la EMA hasta que lo puedes prescribir a una paciente pasan varios meses, a veces cerca de un año». Este problema puede generar aún más barreras y desigualdades, según la capacidad adquisitiva de cada paciente. Así lo indica Eva Ciruelos, coordinadora de la Unidad de Mama del Hospital 12 de Octubre y de la del Centro Integral Oncológico Clara Campal HM CIOCC: «Hay aseguradoras privadas que cubren todo aquello que está en ficha técnica. Sin embargo, en mis pacientes de la Sanidad pública aún no puedo utilizarlos porque están sujetos a esa evaluación pendiente del ministerio para fijar un precio».
La falta de información del paciente sobre los diferentes opciones terapéuticas es otra de las barreras a superar. Pese a que existe la base normativa necesaria para escoger libremente dónde y cómo ser tratado, la práctica es otra. Tal y como explica Cristina González, miembro de la junta directiva de la Asociación de Ayuda a Mujeres con Cáncer de Mama (Amuccam) y de la Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma). «Las situaciones burocráticas complican esa toma de decisiones. Con una consulta en cualquiera de nuestras asociaciones en España, explicamos cuáles son los recursos disponibles». Las asociaciones también ofrecen un apoyo psicológico precoz que permite centrar a la mujer en sus posibilidades y qué preguntas desea dar respuesta.
Libre elección de especialista
Los pacientes entienden por qué se les ofrece cambiar de médico. «Lo ven como una oportunidad y funciona», asevera la doctora Eva Ciruelos. « El paciente tiene todo el derecho a pedir libre elección de especialista y me consta que en tres o cuatro días esto se resuelve. Hay que trabajar más a nivel nacional y evitar esas barreras intercomunitarias que pueden obstacularizar un poco este traslado de pacientes».
Entre las diferentes líneas de tratamiento a escoger, la inmunoterapia es una de las más esperanzadoras. Sin embargo, este tipo de tratamiento que estimula las defensas naturales del cuerpo a fin de combatir el cáncer aún no ha dado todos sus frutos. El problema de la inmunoterapia -explica la doctora Eva Ciruelos - es que el cáncer de mama es una enfermedad muy heterogénea. La dividimos en tres grupos, pero la podríamos dividir en 3.000. Cada paciente es un grupo en sí mismo». Esto dificulta la investigación. «Si no hemos visto nada muy claro es porque hemos abordado con inmunoterapia pacientes en grupos muy heterogéneos, como si fueran de quimioterapia. No hemos sabido seleccionar biológicamente qué perfil biológico de tumor puede tener más posibilidades de responder al tratamiento».
Más buenas noticias
Sin embargo, la inmunoterapia empieza a mostrar su eficacia en el cáncer de mama triple negativo. Uno de los tres subtipos tumorales principales, junto con los tumores con receptores hormonales o aquellos con exceso de receptores o proteínas HER2. «Vamos a tener-afirma Eva Ciruelos- muy buenas noticias en este año en el cáncer de mama triple negativo, representante del 15% de los diagnósticos». El reto actual, como afirma el director Corporate Affairs de Roche, Federico Plaza , es «tener biomarcadores y poder personalizar los tratamientos o estratificarlos para identificar en cada situación a qué pacientes le va a funcionar el producto. Hay más de 2.000 ensayos clínicos de combinaciones de inmunoterapia».
La inmunoterapia no viene para sustituir a otros tratamientos, sino para sumar. Hasta el punto de que, como asevera el oncólogo José Ángel García, resistencias a tratamientos clásicos se están revirtiendo con la inmunoterapia. «Vamos a conseguir -indica el doctor- que las pacientes no solo tengan mayor supervivencia sino que las remisiones sean mantenidas en el tiempo».
Las recaídas en este tumor no son excepcionales: sucede en el 25% de los casos. Y eso es un handicap para la efectividad del tratamiento. «Los pacientes que tienen metástasis porque han recaído-explica la doctora Eva Ciruelos- evolucionan peor que aquellos que tienen metástasis porque se presenta o debutan con ello». Todavía quedan muchas dudas por resolver. Se necesita fomentar la investigación académica para contestar a muchas preguntas.
El camino a seguir es la medicina personalizada. «Hasta ahora hemos tenido medicina estratificada, según afirma el director Corporate Affairs de Roche, Federico Plaza -para un grupo de pacientes. Ahora podemos conocer el perfil mutacional del paciente y datos de su vida real, ver otras anomalías que podían incidir en la enfermedad...».
Existen barreras como las geográficas o las que impone las características propias de la enfermedad e impiden ser el candidato idóneo de un ensayo clínico. Barreras que se traducen en que, como asevera la doctora Eva Ciruelos, no más del 10% de todos los pacientes evaluables ha conseguido el fármaco adecuado o el estudio clínico que su resultado del análisis genético inducía. Para superarlas, según informa Federico Plaza, «el Ministerio, a través del Consejo Territorial y el Senado está trabajando en hacer una estrategia a medio plazo para solucionar todos estos asuntos a nivel de medicina personalizada en España».
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