Un camping niega la entrada a un perro asistente de tres niños autistas

La familia tuvo que cancelar sus vacaciones porque el animal es indispensable para los tres niños

Imagen de archivo de un labrador José María Barroso

ABC

Un camping autraliano ha negado la entrada a sus instalaciones a una familia por llevar con ellos a un perro labrador que ejerce de asistente de tres niños autistas.

Hunter, que así se llama el can, ya había estado en otras ocasiones de vacaciones con la familia sin haber supuesto ningún problema, e incluso había acudido al camping Marion Holiday, situado en las afueras de Adelaida. Sin embargo, en esta ocasión la organización del paraje turístico ha decidido negarles la entrada porque «no se permiten mascotas en las instalaciones».

Los tres pequeños de la familia –Zach, Mystique y Logan– necesitan de la compañía de Hunter, ya que además de sufrir diversos grados de autismo padecen de otras enfermedades : Mystique tiene problemas de audición y Logan una lesión cerebral adquirida y epilepsia.

A pesar de haber avisado de la presencia del animal al hacer la reserva, la madre de la familia, Murriana Reese, fue a informar a la recepción del camping que iban a compañados de Hunter. Fue entonces cuando la dirección del centro vacacional les rechazó la entrada acogiéndose a la norma de que no se aceptaban mascotas, aunque la familia enseñó el carné sellado por el gobierno de la región del Sur de Australia que acredita al can como perro de servicio.

La discusión continuó. La familia insistía en que les dejaran pasar porque Hunter no era una mascota, sino un asistente de sus hijos y amenazaron al camping con quejarse formalmente y hacerles pagar hasta 10.000 dólares australianos de multa , ante lo que respondieron que podrían «asumir la multa». La impotencia de Reese y sus hijos era máxima, puesto que habían pagado 1.500 dólares –casi mil euros– por la reserva y ahora no tenían dinero para costearse otras vacaciones.

Desde la organización del complejo, por su parte, aseguran que la documentación del perro estaba caducada. Según ellos, normalmente acogen a este tipo de animales porque son «vitales en el apoyo y la vida de las personas que los necesitan». No obstante, en esta ocasión no lo hicieron porque los papeles del can no estaban en regla, pero procedieron a reembolsarles el dinero íntegro de la reserva.

La madre aseguró al medio australiano ABC que lo peor de esta experiencia fue cómo alteró a sus hijos: «Logan se quedó completamente traumatizado de que no se le permita tener a Hunter con él y voy a tener que lidiar con eso y tratar de calmarlo».

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