Cafés y restaurantes parisinos aplican con poco rigor la alerta máxima

En los barrios «bien», cafés y restaurantes se toman con bastante relajo el estado de alerta máxima , aplicando a geometría muy variable el rigor sanitario, los cierres y no cierres reclamados por el gobierno de Emmanuel Macron.

En la plaza de Saint-Germain-des-Prés, en el corazón del barrio más caro, famoso y cosmopolita de París, solo dos cafés, «Armani» y «Quebec», han cerrado , cumpliendo con el decreto gubernamental, mientras que el «Café de Flore», «Les Deux Magots» y el «Bonaparte», en la misma plaza, tienen sus terrazas abiertas y relativamente concurridas, acogiéndose al estatuto del «bistrot» y la «brasserie», que les permite funcionar al mismo tiempo como café y restaurante donde se sirve comida más o menos rápida.

En el barrio de la «rue» de Buci, uno de los más turísticos y concurridos de París, con pandemia o sin pandemia, media docena de cafés se acogen al estatuto del «bistrot» y la «brasserie» , con un cierto éxito de público, un día después del anuncio del estado de «alerta máxima».

En la plaza de Saint-Michel, entre las más concurridas por un cierto turismo interior y exterior, eran minoritarios los cafés cerrados la tarde del martes.

En las inmediaciones de la catedral de Notre Dame y la «rue» de Saint-Jacques (el primitivo camino de Santiago), la gran mayoría de los cafés están abiertos.

Los Campos Elíseos son, por sí solo, un «país» y un mundo aparte. Hay bastantes bares y cafés cerrados . Pero la mayoría de los establecimientos siguen abiertos, acogiéndose a una normativa que la prefectura no parece aplicar con el «rigor» anunciado la mañana del lunes, cuando el estado de «alerta máxima» se presentó como una necesidad imperiosa que el ministerio del interior castigaría «severamente», llegado el caso.

París y su periferia, en estado de alerta máxima, tienen muchos barrios, distritos y realidades. Pero los ejemplos de Saint-Germain-des-Pres, «rue» de Buci y Campos Elíseos tienen mucho de emblemáticos.