Se buscan obispos para la Iglesia española de la próxima década

En dos años tienen que renovarse 24 obispos y arzobispos, un tercio de las 70 diócesis que existen en el país

Una de las grandes dificultades a las que se enfrenta el nuncio es la negativa de sacerdotes a ocupar el cargo

Los cardenales Blázquez, Osoro, Omella y Cañizares (de izquierda a derecha) en la presidencia de la Conferencia Episcopal Eduardo San Bernardo

José Ramón Navarro Pareja

Cuando los obispos elijan al sucesor de Juan José Omella al frente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), en la primavera de 2024, las caras de la mesa presidencial que ilustran esta información habrán cambiado por completo. De hecho, los cuatro cardenales en activo en España —los arzobispos de Madrid, Barcelona, Valencia, las tres diócesis más importantes, y Valladolid— ya han presentado su renuncia al Papa por motivos de edad y podrían ser sustituidos en cualquier momento. Y no solo eso, en estos dos años, el nuncio tendrá que renovar un total de 24 arzobispos y obispos, un tercio de las 70 diócesis que existen en España . Si tenemos en cuenta que, para ello, tendrá que trasladar a varios obispos ya en activo, y buscarles un recambio, podríamos encontrarnos con que más de la mitad de católicos tendrá un nuevo pastor en menos de dos años. Toda una revolución en la jerarquía eclesial que configurará la Iglesia de la próxima década.

Una renovación que no va a ser fácil para el nuncio, Bernardito Auza, el encargado del Papa para llevar adelante el proceso. A la gran cantidad y premura de nombramientos —debe mantener un ritmo de uno al mes para lograr su objetivo— se une el escaso y discutido banquillo del que elegir, las reticencias de algunos sacerdotes a aceptar el cargo, y las presiones de quienes intervienen en el proceso para dejar bien colocados «a los suyos» .

Por lógica, el primer relevo tendría que llegar para el arzobispo de Valladolid, el cardenal Ricardo Blázquez, que cumplirá 80 años en abril . A los 75, como es obligatorio para todos los obispos, presentó su renuncia al Papa, quien decidió concederle una prórroga, ya que en ese momento era presidente de la CEE. Pero que esa ampliación se prolongue hasta los 80 se está convirtiendo en un hecho inusitado en la Iglesia española , puesto que la media de prórroga suele ser de unos dos años para los arzobispos y uno para los obispos.

Al recambio de Blázquez debería seguir el de Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, que arrastra problemas de salud, y el del arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que ha visto emborronado el final de su mandato por varios procesos judiciales en las fundaciones de la diócesis. Sin embargo, en círculos eclesiales se habla desde hace meses de la «operación tres por uno», que implicaría anunciar los nombramientos a la vez , para evitar agravios comparativos. Si se cumple, en torno al verano, veríamos este triple relevo. Otros, por el contrario, afirman que el Papa habría garantizado a los tres «su permanencia hasta los ochenta años».

En todo caso, en cuanto a los candidatos a sucederlos, podemos estar seguros de que ya son obispos o arzobispos. Las sedes más importantes suelen cubrirse por promoción de un obispo ya en ejercicio y no por un nuevo nombramiento. Incluso, en el caso de la diócesis de Madrid, siempre ha sido ocupada por un candidato que ya era arzobispo. Hasta ahora.

Quizás esta sea la primera vez que se incumpla esa regla no escrita, de igual manera que Osoro ha sido el primer arzobispo de Madrid que no ha presidido la CEE. De los quince arzobispados españoles, ocho están afectados por este proceso de renovación, y cinco acaban de recibir un nuevo prelado , que todavía no ha tenido tiempo de desarrollar su plan pastoral. Quedan entonces el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, que, sin embargo, no aparece en ninguna quiniela eclesial, y el de Oviedo, Jesús Sanz Montes , que parece condenado al ostracismo desde que le disputó —y perdió— la presidencia de la CEE a Omella.

Aun así, sí que aparece entre los candidatos del nuncio para cubrir alguna de estas sedes, junto a otros obispos como el secretario general de la CEE, Luis Argüello , que termina su mandato el año que viene y tiene una gran relevancia pública. Ginés García Beltrán , obispo de Getafe, y Luis Ángel de las Heras , de León, que son los nombres que circulan en ambientes eclesiales para esta «operación tres por uno». Hay voces que también sitúan a Mario Iceta entre los candidatos, a pesar de que llegó a Burgos a finales de 2020. Recuerdan que Tarancón apenas estuvo dos años en Toledo antes de llegar a Madrid.

Unos movimientos de los que quedaría desvinculado el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, hasta que finalice su mandato al frente de la CEE. De hecho, los obispos ya eran conscientes, al elegirlo con 74 años, que sólo podría completar su mandato si el Papa le concedía una amplia prórroga . Los eméritos pierden su derecho al voto, por lo que no pueden ocupar cargos directivos en la Conferencia. Pero, visto el precedente de Blázquez y la sintonía de Omella con Francisco, todos dan por hecho su continuidad.

Omella es, junto al nuncio, una figura clave en todo el proceso . Como presidente de la Conferencia, el nuncio debe consultarle la terna de candidatos antes de enviarla a Roma. Y, allí, en la Congregación para los Obispos, que finalmente elige el nombre, Omella es el único cardenal español. Su opinión es decisiva en cada nombramiento.

No es la primera vez que ocurre. Sucedió con Tarancón, que marcó la influencia de la Iglesia en la Transición con nombramientos de obispos de su cuerda. Y más recientemente, con Rouco que logró una Conferencia Episcopal tan fiel que es el único obispo español que ha sido elegido para presidirla en cuatro ocasiones .

Esa es sólo una de las dificultades que se está encontrando el nuncio. Otra, quizá la más llamativa, son los sacerdotes que no quieren asumir el cargo cuando se lo comunica . Los candidatos deben aceptar libremente la propuesta, que sólo conocen al final del proceso, cuando su nombre es aprobado por la Congregación para los obispos. Es el nuncio en persona quien les cita para comunicárselo. Que digan no implica retrasar bastante la elección, o incluso que se tenga que comenzar de nuevo.

«Nunca ha habido tantos candidatos que renuncien al episcopado», explica a ABC un sacerdote que conoce bien el proceso. Las causas son varias. Por una parte, la difícil situación que vive la Iglesia en España, con una sociedad cada vez más secularizada y una importante pérdida de influencia . Por otra, la escasa sintonía de una parte del clero con sus obispos, que les lleva a renunciar a convertirse en uno de ellos.

Aun con las dificultades, Auza parece en disposición de afrontar estos cambios que modificarán la cara visible del episcopado. Los dos años y medio que lleva en España, junto a su prodigiosa memoria, le han permitido conocer a fondo la Iglesia española. En este tiempo ha cubierto 17 vacantes, con traslados de obispos, y ha nombrado a 9 nuevos . Y, gracias a las prórrogas, sólo tres diócesis están vacantes. Goza de un amplio respaldo del episcopado. Ahora, le queda por delante, construir la Conferencia Episcopal de la próxima década.

¿Cómo se elige un obispo?

Cada tres años, los obispos de las provincia eclesiástica proponen al nuncio nombres de sacerdotes que reúnan los requisitos.

CONSULTAS. Cuando prevé una vacante, el Nuncio pide informes sobre la idoneidad de los candidatos a obispos, sacerdotes, religiosas y laicos que los conozcan. Todos deben guardar secreto.

TERNA. A partir de los informes, elabora una terna de candidatos, que consulta con el arzobispo de la zona y el presidente de la CEE.

CONGREGACIÓN PARA LOS OBISPOS . La terna se envía a la congregación vaticana, que elige a uno de ellos.

COMUNICACIÓN. Tras la elección de Roma, el nuncio cita al candidato, para comunicarle la propuesta. Debe tomar una rápida decisión. Cuenta un obispo que al conocer la noticia preguntó si podía pensarlo. «Sí, claro», le respondió el Nuncio, «ahí tiene la capilla, pase a rezar y en media hora me da la respuesta».

SE HACE PÚBLICO. Si acepta, se pasa al Papa su nombramiento para firma. También se comunica al Gobierno quince días antes. Se anuncia en un acto al mediodía, la hora del Ángelus, de forma simultánea en la diócesis del nuevo obispo y en la que es originario.

Mapa eclesiástico de España

ARCHIDIÓCESIS

Presentada renuncia en 2022 o antes

Diócesis

Presentan renuncia en 2023

ARZOBISPADOS con cambios

Diócesis vacante

Calahorra y

La Calzada-Logroño

Modoñedo

Ferrol

San Sebastián

Barbastro-

Monzón

OVIEDO

Bilbao

SANTIAGO DE

COMPOSTELA

Santander

Vitoria

León

Lugo

PAMPLONA

Y TUDELA

Jaca

Palencia

Urgell

Astorga

Tui-Vigo

Girona

BURGOS

Huesca

Solsona

Orense

Vic

Tarazona

VALLADOLID

Lleida

Terrassa

Osma-Soria

Zamora

ZARAGOZA

BARCELONA

Segovia

Salamanca

Sigüenza-

Guadalajara

Sant Feliu de Llobregat

Ciudad

Rodrigo

Teruel y

Albarracín

TARRAGONA

Tortosa

MADRID

Ávila

Alcalá de

Henares

Getafe

Segorbe-

Castellón

Coria-

Cáceres

Menorca

TOLEDO

Cuenca

Plasencia

VALENCIA

Mallorca

Ciudad Real

Albacete

MÉRIDA-

BADAJOZ

Ibiza

Orihuela-

Alicante

Córdoba

Jaén

Cartagena

Huelva

Guadix

SEVILLA

Almería

GRANADA

Málaga

Jerez de la

Frontera

Tenerife

Canarias

Cádiz y Ceuta

Fuente: elaboración propia / ABC

Mapa eclesiástico

de España

Diócesis

ARZOBISPADOS con cambios

Presentada renuncia en 2022 o antes

SANTIAGO DE

COMPOSTELA

Santander

PAMPLONA

Y TUDELA

Palencia

Tarazona

BARCELONA

Girona

VALLADOLID

Tui-Vigo

Sant Feliu

de Llobregat

Sigüenza-

Guadalajara

MADRID

Cuenca

Alcalá de

Henares

VALENCIA

GRANADA

Presentan renuncia en 2023

Lleida

Segovia

MÉRIDA-

BADAJOZ

Ciudad Real

Mallorca

Diócesis vacante

San Sebastián

Menorca

Plasencia

Fuente: elaboración propia / ABC

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