El buen rollito del Gobierno con la Iglesia

¿Gran sintonía en Educación? Que se lo digan a los colegios concertados

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Ha dicho esta semana la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, que las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia católica «gozan de muy buena salud». Y ha destacado una gran sintonía: «Hay una gran sintonía en lo fundamental, y esa sintonía también se traduce en cuestiones más próximas a nuestro país, como son las relaciones más específicas en lo relativo a educación, o la práctica religiosa, donde también hay sintonía y se trata con toda naturalidad y respeto», comentó la ministra. Vamos, que como la dejen a la señora ministra, es capaz de decir que el buen rollito entre el Gobierno con la Iglesia va a terminar en boda civil, nacional o social-católica.

Se supone que la señora ministra, servidora de la verdad, sabe diferenciar entre diplomacia y educación, acuerdo o complacencia, sintonía o respeto mutuo. ¿Gran sintonía en la educación? Que se lo digan a los colegios concertados. Quizá por eso están los obispos esperando a que les respondan algo desde el Gobierno sobre su propuesta de un área de educación filosófico-religiosa. Pensará la señora ministra que los obispos, vamos a decir los católicos, y se entiende que el Vaticano, están felices con la nueva legislación de la eutanasia; con la propuesta de modificar la ley del aborto para que las menores aborten sin el consentimiento de los padres; con la propuesta de una ley de ideología de género, o igualdad, hasta las últimas consecuencias; con la propuesta de una ley de memoria histórica que impone ideología manipuladora a viento y marea; con la pretensión del Gobierno de enturbiar a la opinión pública con las inmatriculaciones y los dineros de la Iglesia; con la ingeniería social alentada por los partidos del Gobierno.

No parecen muy felices los obispos últimamente con las restricciones del culto, con la limitación de la asistencia a diez personas por misa, incluso, como en el caso de Melilla, con la obligación de cerrar las iglesias los domingos. ¿Están encantados los obispos con la retirada de las cruces? Pero qué buena sintonía con la Iglesia, señora ministra.

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