Director de ABC entre 2010 y 2020

Bieito Rubido, un periodista vocacional de convicciones

El gallego ha estado diez años al frente del periódico

Bieito Rubido. Matías Nieto/ABC
Érika Montañés

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Diez años al frente de ABC. Bieito Rubido (Cedeira, La Coruña, 1957) lleva la última década al timón de un barco que ha navegado, como todos desde la abrupta crisis de 2008, con marejada. Y, en todo ese tiempo, al periodista gallego no le ha quebrado ni una vez su rumbo, el amor por España. Nos ha dejado latiguillos de ese país que quería en los astrolabios diarios, en una cita que llegaba religiosamente cada mañana, para espolear conciencias.

Defensor de la Monarquía, la Iglesia y las Fuerzas Armadas, su prestancia como director de esta cabecera centenaria se ha dejado notar en cada frase de San Agustín que rescató del olvido; asaltó con pronunciamientos galdosianos las reuniones del consejo de redacción de cada día para profundizar en su confianza en la España solidaria y voluntaria y defenestró el periodismo rancio y seguidista de valores que dañaban la territorialidad de un país unido .

Para conocer a Rubido, lo mejor ha sido seguir sus intervenciones ante las nuevas generaciones de periodistas que aterrizaban anualmente en ABC. Rubido ha asistido todos los años a las aperturas y cierres del Máster de Periodismo de ABC. En las decenas de actos y conferencias que encabezó, el periodista gallego siempre ha azuzado a los inminentes profesionales con el sentimiento de pertenencia que agita la «Casa» . También les ha marcado el paso, con los que ha jalonado cada etapa en su amplia carrera informativa, movido por la misma fuerza interior que lleva a miles de peregrinos a realizar cada año el Camino de Santiago, directo al corazón de su tierra querida. La fuerza que lleva al periodista vocacional y con experiencia a levantarse cada mañana para dar lo mejor de sí mismos al servicio del lector.

En ninguno de esos eventos ante jóvenes y futuros periodistas, Rubido se olvidó de nombrar a su querido Manuel Martín Ferrand, maestro de redactores y buscadores de la verdad en democracia, sin querer darse cuenta de que él mismo estaba siguiendo los pasos de su mentor. A Martín Ferrand le acompaña del espíritu de Azorín, Camba y, el más reciente, Mingote, para marcarles camino de orgullo a las futuras generaciones de escritores y redactores: las plumas, las buenas, los grandes opinadores, siempre tuvieron cabida en ABC.

Como en las buenas familias, con sus peros y sus más, Rubido adiestra exhibiendo los pilares del buen hacer periodístico que han vertebrado su discurso y su trabajo: "Nunca dejeis de formaros", alecciona a los jóvenes periodistas de ABC y "sed humildes" en esa persecución de la verdad, con las luces del coche activadas para descubrir el rastro que lleve a una buena noticia. A lo Kapucinscki, reivindica que no se puede ser un buen periodista y olvidarse de ser una buena persona. Porque, con sus luces y sus sombras, lo que ha conseguido Rubido durante diez años al frente de un periódico de tirada nacional, labor que conlleva a menudo más desvelos que parabienes, es que muchos puedan decir de él que es "un buen tipo". Tal vez no exista mayor orgullo.

Rubido alienta además a las nuevas (y viejas) generaciones a formarse, leer, salir a la calle, olisquear noticias e impresiones de los ciudadanos. Radiofónico y televisivo al tiempo, es la tinta la que corre bajo su piel. Y esa tinta quiso que entrara cada mañana en sus apuntes al lector. Lector, "no se fíe de ese Gobierno de coalición que puede dejar a su querida España hecha trizas"; lector, "no se detenga en los cantos de sirena que, para su bolsillo, nunca le van a regalar gato por liebre"; lector, "observe a Europa con generosidad y confianza porque es en el contexto comunitario en el que España crecerá"; lector...

Se es un buen director cuando detrás de cada pensamiento y cada primera plana está este lector . Rubido profiere en sus anotaciones halagos al buen funcionamiento de la sanidad española, reivindica el papel de la mujer en la sociedad ("prueba de ello es esta Redacción", repite) y el de la cristiandad en la construcción de cada persona en valores y humanidad.

En su dilatada carrera profesional, Rubido atesora primicias y noticias de envergadura que también decidieron la senda por la que discurrió una autonomía o el país. El caso de presunta corrupción de Podemos, los movimientos de Pedro Sánchez para derribar a sus rivales en la carrera por el liderato del PSOE, el plagio de su tesis y el caso de los fondos reptiles del PSOE andaluz, que destapó el mayor escándalo de corrupción en el país, los llamados ERE. Los entresijos del caso Nóos, la muerte de Diana Quer y la investigación en La Coruña, la enfermedad de Chávez en Venezuela, porque Bieito Rubido, “errante” gallego, siempre amó a los hermanos del continente americano y publicó sus cuitas.

Rubido ha sido el director más longevo en la era moderna del rotativo centenario . Diez años de andadura, de peregrinaje, cumplirá el día de su salida de ABC. Es el segundo director en la historia del periódico, exceptuando al fundador, Torcuato Luca de Tena, que más tiempo ha estado en el cargo en sus 117 años de historia.

Durante esa década ha participado con entusiasmo en cada ceremonia de entrega de los premios Mariano de Cavia a un sinfín de personalidades y colegas , destacando su gran pluralidad. Arturo Pérez-Reverte, José Luis Garci, Gabriel Albiac, Maruja Torres... La lista de nombres ínclitos desde que se instituyó en 1920 con Dionisio Pérez Gutiérrez, Ramón Pérez de Ayala y Wenceslao Fernández Florez es tan extensa que en los últimos diez años no han hecho más que prestigiar estas distinciones. Rubido exhibió con orgullo sus valores, los valores de ABC, en cada "día de estreno". Los Reyes de España no faltaron, fieles, a su cita con esta Casa.

Con su acento inconfundible, Rubido rememora en cada ocasión que puede a Pardo Bazán o a Cunqueiro, en lo literario. No en balde se siente muy orgulloso de su etapa como director de La Voz de Galicia. Hombre culto y cultivado, ha construido con pie de hormigón su columna de valores férreos que sostiene cada giro de timón, vital y laboral. Buen Camino, y que sea largo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación