Biden estudia suspender temporalmente las patentes para aumentar la producción de vacunas
La mayoría de las industrias que trabajan en la producción de vacunas han recibido dinero público
La administración norteamericana está barajando la idea de suspender, de forma temporal, las patentes para impulsar el proceso de fabricación de las vacunas en los países más pobres, a precios más baratos, para de esta forma poder administrarlas al mayor número de personas posible e intentar controlar la propagación del nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Aunque todavía no se ha tomado ninguna decisión al respecto existe una gran presión, para que Estados Unidos acepte esta iniciativa. Recientemente, la representante de Comercio Exterior, Katherine Tai, se vio prácticamente obligada a calificar de «enorme» la brecha que existe entre los países industrializados y los países en desarrollo sobre las vacunas.
Esta semana, Tai llegó incluso a afirmar que «la industria farmacéutica tiene que hacer esfuerzos en tiempos de crisis ». A comienzos del mes de abril, unos 170 premios Nobel y exjefes de Estado de 100 países escribieron una petición pública al presidente norteamericano para que renunciara a las reglas de la propiedad intelectual.
La cuestión también se debate en Ginebra, donde tienen su sede la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Apartados de la carrera para conseguir cuanto antes vacunas eficaces, los países en desarrollo hacen presión , desde estos foros internacionales, para que las patentes sean abandonadas .
Por ahora, los países industrializados se oponen a esta iniciativa, de suprimir de forma temporal algunas disposiciones del acuerdo sobre los derechos sobre la propiedad intelectual que afectan al comercio que fue presentada el pasado mes de octubre, ante la OMC, por India y África del Sur, con el objetivo de favorecer los tratamientos contra el Covid-19.
Mientras en la mayoría de países occidentales las campañas de vacunación avanzan, el debate sobre si tiene sentido conservar el monopolio de las patentes, en un momento de crisis sanitaria internacional, cobra fuerza y cada vez hay más voces que se alzan a favor del principio del acceso a estas tecnologías para producir versiones genéricas menos costosas.
Por otro lado, a mediados de abril, China y algunos países africanos presentaron otra propuesta ante la OMS. Una iniciativa que propone el envío de tecnología para favorecer la producción nacional de vacunas y obligar, a los países firmantes, a ejercer una presión moral sobre las empresas detentoras de las patentes.
La mayoría de las industrias que trabajan en la producción de vacunas han recibido dinero público
Según un reciente informe publicado por Public Eye, la mayoría de las industrias que trabajan en la producción de vacunas han recibido dinero público. Se calcula que, durante los últimos meses, unos 100 mil millones de dólares han sido entregados a laboratorios del mundo entero para fomentar el desarrollo de vacunas, con escasas condiciones financieras.
Este proyecto de resolución será debatido durante la próxima sesión de la Asamblea Mundial de la Salud que se celebrará, este mes, en Ginebra. Los gobiernos de la Unión Europea (UE) y Japón insisten en que una cláusula de este tipo, sobre la transferencia de tecnología, tendrá que ser voluntaria. Por su parte, la agencia sanitaria de la ONU defiende desde el principio de la pandemia la renuncia a las patentes.
Mientras la atención mundial está centrada en la evolución de la pandemia en India, la OMS señaló que el coronavirus continúa haciendo estragos en Latinoamérica . En esta región continúan registrándose picos máximos de contagios y se registra un dramático incrementos de las infecciones. Allí los servicios sanitarios están al borde del colapso.
Brasil, Perú, Ecuador, Argentina y Bolivia están entre los países más afectados. El organismo advierte que la incidencia del Covid-19 está afectando a los grupos de población más joven, los cuales no se pueden vacunar por tener prioridad los mayores y los sanitarios. Conseguir vacunas en medio de una crisis económica es un reto para estos países dentro de un contexto de estrés sanitario.
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