Benedicto XVI cumple 91 años en buena salud y buena compañía
Lo celebrará en privado con su hermano Georg de 94 años
Aunque usa con frecuencia un andador y una silla de ruedas, el Papa emérito Benedicto XVI celebra este lunes su 91 cumpleaños con gran serenidad, buena salud y buena compañía, pero estrictamente en privado.
Su hermano Georg, de 94 años, sacerdote y musicólogo vino hace unos días desde Baviera, como suele hacer en las grandes fiestas a pesar de que está prácticamente ciego y sufre trastornos neurológicos.
El Papa emérito recibe algunas visitas cada semana, y el comentario general es que le encuentran muy lúcido y en buena forma para su edad , aunque cada vez más delgado y débil. Coinciden en admirar su serenidad y paz.
Desde su regreso de Castel Gandolfo el 2 de mayo de 2013, un par de meses después de su renuncia, Benedicto XVI vive en el antiguo convento «Mater Ecclesiae», situado en un lugar muy tranquilo de los Jardines Vaticanos.
En esa residencia le acompañan con gran discreción su secretario personal, el arzobispo Georg Gaenswein , prefecto de la Casa Pontificia del Papa Francisco, y las mismas mujeres de Comunión y Liberación que se ocupaban de administrar el apartamento pontificio hasta el 28 de febrero de 2013.
Benedicto XVI recibe también visitas del Papa Francisco, quien se acercó hace unas semanas a la residencia «Mater Ecclesiae» para felicitarle con motivo de la Pascua.
Con motivo de su 91 cumpleaños, este 16 de abril se estrena en la Filmoteca Vaticana el documental «Benedicto XVI, la hora de la verdad», dirigido por el periodista español Javier Martínez-Brocal, y distribuido por el canal católico italiano TV2000.
En cada fiesta importante y en cada cumpleaños, el Papa emérito recibe miles de felicitaciones de todo el mundo, rebosantes de afecto y gratitud.
El interés de millones de personas por su salud da lugar a rumores alarmistas y a noticias completamente falsas en las redes sociales aproximadamente cada dos meses. La mayor parte de las veces, el Vaticano no responde para no entrar al juego de los intoxicadores y para respetar la privacidad que tanto desea Benedicto XVI.
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