El barbero filántropo

El estilista francés David Kodat, hijo de inmigrantes, invierte su tiempo libre en Estrasburgo en cortar el pelo y arreglar la barba a los más necesitados

El peluquero atiende a una mujer en una zona pública de la ciudad francesa AFP

JUAN PEDRO QUIÑONERO

David Kodat (30 años), peluquero, hijo de inmigrantes y criado en una banlieue (los suburbios más pobres y problemáticos), ha hecho realidad la promesa ecuménica de todos los candidatos a la presidencia de la República: cortar el pelo y arreglar la barba de manera gratuita a los más necesitados.

La gran promesa de la mayoría de los candidatos a la jefatura del Estado, en las elecciones a dos vueltas, del 23 de abril y el 7 de mayo próximos, es la llegada de los Reyes Magos el día después de la votaciones, con una distribución masiva de « regalos », entre los que se incluye un salario fijo (sin trabajar) para todos los franceses.

En francés coloquial, la expresión «demain, on rase gratis..!» («mañana, se corta el pelo gratis», literalmente) se utiliza cuando se desea subrayar la locura de aquellos compromisos imposibles. Pero ahora, sin pretensiones y con humilde generosidad, Kodat sí está haciendo realidad una promesa : varias veces por semana, cuando tiene tiempo libre, se pasea por el centro de Estrasburgo y ofrece sus servicios sin cobrar un euro a los pobres de misericordia, hombres y mujeres sin domicilio fijo que desean asearse, afeitarse, cortarse o arreglarse el pelo.

El joven estilista cuenta una trágica realidad estadística: «Soy miembro de la organización humanitaria llamada Los Compañeros de la Esperanza. Cada domingo, ofrecemos comida caliente, ayuda y ropa a los hombres y mujeres sin domicilio fijo necesitados de ayuda de urgencia. Pronto advertí que un peluquero como yo podía ofrecer otro servicio solidario arreglando el cabello a quienes viven día y noche a la intemperie. A los pocos días de comenzar este trabajo voluntario, descubrí que muchos de mis « clientes » eran hombres y mujeres que tenían una formación, que tenían estudios».

Según el muy oficial Instituto Nacional de Estadísticas Económicas (INEE), en Francia (65 millones de habitantes) había 140.000 personas « sin domicilio fijo » (SDF) en 2012 . En los último cinco años, y durante la presidencia Hollande, la pobreza de masas ha crecido significativamente. En la actualidad, uno de cada diez SDF tiene un diploma superior, técnico o universitario. El número de indigentes ha crecido un 50 por 100 en los últimos once años . Y se teme un aumento implacable.

En Estrasburgo, David Kodat se ha convertido en un ejemplo emblemático de las nuevas formas de solidaridad, sencillas, humildes y prácticas, que él comenta de ese modo: « Yo crecí en un suburbio muy pobre . Pero vivíamos una pobreza digna. Hace poco más de un año descubrí otro rostro de la pobreza callejera. Muchos SDF viven humillados su condición, la mendicidad les avergüenza, creando un efecto de aislamiento y agravación de la pobreza. Un buen día ofrecí mis servicios a un hombre, que rechazó, avergonzado. Aprendí aquella lección. Ahora, se dirigirme a ellos. He hecho muchos amigos».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación