Baleares limita a un máximo de 15 personas las reuniones familiares en espacios cerrados
Uno de los establecimientos acondicionados por el Govern para atender casos leves de Covid-19 ha acogido y aislado a diez turistas nacionales
La portavoz del Gobierno balear, la socialista Pilar Costa, ha anunciado este viernes que la Consejería de Salud ha aprobado una nueva resolución para reforzar las medidas que estaban ya en vigor dirigidas a prevenir la propagación del Covid-19. A partir de ahora, en Baleares sólo podrá haber un máximo de 15 personas en las reuniones familiares o sociales que se celebren en espacios cerrados. En el caso de que esas reuniones se lleven a cabo en espacios abiertos, ese máximo será de 30 personas. Se consideran también incluidas en esas limitaciones en el número total de personas las celebraciones festivas de carácter religioso que se puedan desarrollar en centros de culto.
Con anterioridad a la aprobación de esta nueva resolución de la Consejería de Salud, esos máximos en espacios cerrados y abiertos eran de 30 y 70 personas, respectivamente. En la citada instrucción también se señala que se prohíben desde este viernes los botellones en todas las vías y espacios públicos. Para justificar la adopción de estas nuevas medidas restrictivas, Costa ha recordado que el 67 por cien de los brotes detectados en Baleares están vinculados a las reuniones familiares o sociales, mientras que en ese ámbito la media en el conjunto de España es sensiblemente inferior, con un porcentaje del 45 por cien. En el Archipiélago hay ahora unos 280 casos de coronavirus activos, así como 25 brotes igualmente activos.
Precisamente, la Consejería de Salud ha confirmado este viernes que ha empezado a hacer ya uso d e uno de los establecimientos hoteleros reservados por el Govern para atender casos leves de Covid-19. En dicho hotel, situado en la localidad mallorquina de Peguera, han sido ubicados y aislados diez turistas nacionales, después de que uno de ellos hubiera dado positivo en las pruebas PCR que se le practicaron. Los otros nueve turistas dieron negativo, pero estuvieron en contacto estrecho con ese visitante infectado, por lo que también están en cuarentena. Se trata del segundo caso de esas características habido en Baleares hasta ahora, después del que tuvo lugar en Menorca a principios de julio. En aquella ocasión se detectaron tres turistas nacionales infectados, integrantes de una misma familia, que fueron aislados en un inmueble de Ciutadella.
En relación a los mencionados diez turistas, la directora general de Salud Pública del Govern, Maria Antònia Font, ha indicado que el hombre que ha dado positivo provenía de Madrid y estaba pasando unos días de vacaciones en Mallorca junto con unos amigos, algunos de ellos residentes en la isla. Todos ellos estaban alojados en una casa que habían alquilado. Ese hombre supo, estando ya en Mallorca, que un contacto suyo que reside en Madrid había dado positivo. A continuación, el citado hombre informó al centro coordinador de esa circunstancia, aunque él mismo no tenía síntomas. Poco después se le hizo la prueba PCR, que como se ha indicado dio positivo, si bien por ahora se desconoce si se trata de una infección aún activa. Por último, se decidió trasladar a esas diez personas al hotel de Peguera, ya que la estancia en la casa que habían alquilado acababa ahora.
Disposiciones previas
Cabe recordar que cuando aún estaba vigente el estado de alarma por el Covid-19, el Ejecutivo que preside la socialista Francina Armengol aprobó el pasado 19 de junio el plan autonómico que recogía las medidas de seguridad por el coronavirus que deberían aplicarse en todos los ámbitos del Archipiélago a lo largo de los próximos meses. Dicho plan fijaba, entre otras medidas, diversas restricciones para los locales de ocio nocturno , como por ejemplo la obligatoriedad de cerrar a las dos de la madrugada, la prohibición de poder bailar en el interior de las discotecas o la limitación de que sólo podrán abrir sus puertas las salas que tengan un aforo máximo de 300 personas.
Para intentar reforzar esas medidas iniciales dirigidas a prevenir la propagación del Covid-19, el Govern aprobó en la segunda semana de julio el decreto ley 11/2020, de 10 de julio, por el que se establecía el régimen sancionador específico para hacer frente a los incumplimientos de las disposiciones estatales y autonómicas dictadas para paliar los efectos de la crisis ocasionada por el coronavirus. Ese decreto ley fijaba sanciones de hasta 600.000 euros para las infracciones más graves, como por ejemplo la comercialización de fiestas ilegales.
Con posterioridad, el pasado 13 de julio, Armengol aprobó una resolución específica por la que se obligaba a llevar la mascarilla en la vía pública en toda la Comunidad. De momento, están exentas de esa obligatoriedad zonas como playas y piscinas o situaciones concretas como llevar a cabo prácticas deportivas. Además, tampoco es necesario llevar mascarilla en otros casos, como por ejemplo al consumir alimentos en bares y restaurantes, al pasear por la naturaleza o al encontrarse en los paseos marítimos o en los centros de trabajo, siempre y cuando se pueda mantener la distancia de seguridad. La multa máxima fijada por el Govern para los incumplidores es de 100 euros.
Finalmente, la Consejería de Salud dictó el pasado 15 de julio una resolución que decretaba el cierre de la calle Punta Ballena de Magaluf y de las calles Pare Bartomeu Salvà y Miquel Pellisa de la Playa de Palma, para evitar posibles aglomeraciones de turistas. Un día después, la Consejería de Salud aprobó otra resolución en la misma línea, en la que decretaba el cierre inmediato de todos los establecimientos de ocio y restauración de otras dos calles de Magaluf, General García Ruiz y Federico García Lorca. Ambas instrucciones fueron recurridas la pasada semana por las dos principales patronales del sector del ocio de Baleares.