Cuaresma para conductores
Ayuno de coche en Alemania
Los Verdes han propuesto que quienes suelen ir a trabajar en su propio vehículo utilicen el transporte público desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Pascua, una iniciativa que el Gobierno germano apoya
El Ministerio de Medio Ambiente alemán recomienda seguir la invitación del partido Los Verdes, en la oposición, y de varias organizaciones medioambientales, a comenzar hoy, Miércoles de Ceniza, un ayuno automovilístico que debería durar hasta el Domingo de Pascua y que consiste en que los conductores que habitualmente van a trabajar al volante de su propio vehículo utilicen durante esta cuarentena el transporte público . Un sacrificio de expiación por lo mucho que contaminan durante el resto del año, una especie de «operación bikini» de gases contaminantes tras la cual, el aire de las ciudades alemanas, quedaría purificado, listo para la resurrección primaveral. En alemán se dice «Autofasten».
La propuesta surge en un país en el que circulan 45 millones de coches y en el que las principales ciudades, como Berlín yo Múnich, están legislando la prohibición de circular por sus centros a los coches con motores diésel a partir de 2018. «Hacer un ayuno automovilístico hasta la Semana Santa no solamente significa contaminar menos durante esas semanas, sino que podría servir además como impulso de cambio de hábito , de motivación para emplear de manera permanente el autobús, el tren o la bici, todos ellos medios de transporte respetuosos con el medio ambiente», explican desde la Oficina Federal de Medio Ambiente los beneficios de la abstinencia.
La propuesta goza de la simpatía de la ministra de Medio ambiente de Alemania, Barbara Hendricks, que ha invitado al público en general a participar y ha precisado que « no se trata de prohibir circular en automóvil por completo , pero podemos modificar nuestras perspectivas si cambiamos conscientemente y al menos durante la época de Cuaresma nuestros vehículos por otros medios de transporte». Incluso se ha sugerido un descuento especial en los precios de billetes de tren y autobús para todos los automovilistas habituales que opten por otros medios de transporte, algo que ha dicho en voz alta Katrin Dziekan, de la Oficina Federal de Medio Ambiente, pero que aparentemente no ha llegado a oídos de la empresa de ferrocarriles Deutsche Bahn ni de la empresa que gestiona el transporte público de Berlín, la BVG, que esta mañana sigue cobrando lo mismo a los pasajeros de siempre que a los conductores penitentes.
«Me parece muy bien la iniciativa, pero espero que pongan más trenes porque a esta hora ya van llenos y si se suman más pasajeros será insoportable», decía esta mañana Helga, una profesora de primaria que a diario toma el tren ciudad S-Bahn de Berlín en la estación de Bellevue para ir a dar sus clases. «¿Por qué enviar a la gente al transporte público, que consume tanta energía y recursos del Estado? Lo suyo sería invitar a la gente a dejar el coche para ir al trabajo en bicicleta , eso sí que no contamina», discute Ralph, un estudiante que recorre unos diez kilómetros de ida y otro tanto de vuelta para acudir a la Universidad Técnica de Berlín desde su piso compartido.
El experto en trasporte del partido ecologista Los Verdes en el Parlamento alemán, Stephan Kühn, insiste en puntualizar que el objetivo del ayuno no es solamente un objetivo externo, la mejora del aire que respiramos. «Solamente eso justificaría el esfuerzo», dice, «pero los beneficios van mucho más allá de reducir la contaminación, el principal beneficiado es el conductor porque quien vaya en autobús o tren llegará más relajado al trabajo , evitará sufrir atascos y se sentirá mejor durante todo el día» «Es un proceso de renovación personal con claros efectos sobre la vida colectiva», defiende.
«Yo voy en mi coche escuchando discos de relajación cada mañana. A mí lo que me estresa es ir en bicicleta, pendiente de si se mancha mi abrigo con las salpicaduras de los charcos y respirando el humo que expulsan los coches que circulan a mi alrededor. Y el transporte público, que suele fallar cuando más lo necesitas , justo el día en que tienes que llegar antes a una cita el autobús se retrasa… no es para mí», explica Catherina, empleada de una firma inmobiliaria de Berlín que conduce un Audi y que piensa seguir haciéndolo durante toda la Cuaresma. «Además», añade, «¡por Dios! Somos un país que fabrica y exporta coches a todo el planeta … ¿Cómo vamos a dejar de utilizar nuestro propio producto? ¿Nos estamos volviendo locos?».
La industria automovilística alemana, por su parte, no se pronuncia. Los fabricantes parecen más concentrados en la transición al coche eléctrico que en vender las bondades del transporte privado y prefieren no comentar la iniciativa del ayuno. Y para quienes esta Cuaresma laica parezca otra vuelta de tuerca de asimilación, como la victoria de Papá Noel sobre los Reyes Magos, Kühn recuerda que el «ayuno automovilístico» fue idea de la Iglesia Católica hace ya 20 años. Desde el Arzobispado de Maguncia, lo que se confirma es que «en la época de vigilia , pedimos a los cristianos que reflexionen y analicen sus costumbres».
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