Las autoridades sanitarias desaconsejan chupar las cabezas de las gambas y otros crustáceos
Insistir en este hábito (ya sea en Navidad o en otras fechas) puede ser perjudicial para la salud por los altos niveles de cadmio que acumula el marisco en esa parte del cuerpo
La Navidad es, también, marisco. Y en los banquetes navideños las gambas son un clásico, un manjar para chuparse los dedos, y del que, en muchas ocasiones, chupamos las cabezas. Este hábitoes una práctica desaconsejada por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan). ¿El motivo? que esa parte del marisco contiene una gran cantidad de cadmio, cuya ingesta en exceso puede llegar a causar disfunción renal.
«Dado su potencial de acumulación en hígado y riñones en los animales, los niveles más altos encontrados en alimentos se dan precisamente en despojos comestibles como riñón, hígado y otros despojos comestibles», apuntaba Aescosan hace unos años. «También se encuentran niveles altos en marisco, debido a que en muchos casos se consume el animal entero, incluyendo vísceras, donde se concentra el cadmio».
Desde Aecosan señalan que los niveles de este mineral en el cuerpo y las patas de los crustáceos es bajo. En lo que se conoce como «carne blanca» no hay ningún problema. Es en las cabezas donde habría que tener precaución. « En algunos países europeos, entre los que se encuentra España , se consume, además de la parte “blanca”, otras partes de los crustáceos como puede ser la cabeza de las gambas, langostinos, cigalas, etc. y el cuerpo de los crustáceos de tipo cangrejo, cuyos niveles de cadmio son altos, debido a que el cadmio se acumula principalmente en el hepatopáncreas, que forma parte del aparato digestivo de los crustáceos y se localiza en la cabeza», añaden.
El cuerpo humano absorbe poco cadmio, pero desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) avisan de que este metal tiende a acumularse en el organismo, especialmente en el hígado y el riñón, y tarda en eliminarse entre 10 y 30 años. «Altos niveles de cadmio en el organismo pueden causar disfunción renal , desmineralización de los huesos y, a largo plazo, cáncer», advierten.
«El cadmio es tóxico para el riñón , acumulándose principalmente en los túbulos proximales, pudiendo causar disfunción renal. También puede causar desmineralización de los huesos, bien de forma directa o indirectamente como resultado de la disfunción renal», alertan, por su parte, desde Aecosan.