Las autonomías reclaman un plan para financiar la última terapia contra el cáncer

Las comunidades con mejores hospitales temen que recaiga sobre ellas el coste de la terapia CAR-T, un tratamiento que cuesta medio millón de euros por paciente

Emily Whitehead venció el cáncer gracias a la terapia CAR-T

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Emily Whitehead tenía solo seis años cuando su leucemia dejó de responder a los tratamientos convencionales. Su última oportunidad era una terapia experimental llamada CAR-T que se ensayaba en la Universidad de Pensilvania. Era el último recurso y se convirtió en su salvavidas. Hoy, con 14 años, es una niña sana sin cáncer y su terapia empieza a llegar a los hospitales para combatir esta enfermedad . También aterriza en España, donde el Ministerio de Sanidad ha aprobado su financiación pública, aunque no está exenta de polémica.

Los resultados de este tratamiento, que entrena las defensas naturales del organismo contra el cáncer , son tan llamativos como los vistos en Emily. Pero el CAR-T tiene un problema y es su alto coste. Ronda el medio millón de euros por paciente y su financiación, así como la organización del tratamiento, ha generado un nuevo campo de batalla entre las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad.

CAR-T no se administra como un fármaco más. No es un medicamento al uso y el tratamiento requiere un laborioso proceso que empieza extrayendo las células del sistema inmunológico del paciente -linfocitos T- para modificarlas genéticamente y que puedan ser más potentes y ataquen de forma dirigida al tumor sin lesionar los tejidos sanos . Después estas células se multiplican en la sala blanca de un laboratorio y se vuelven a infundir en el enfermo.

Todos los hospitales no están capacitados para hacer este proceso. Los médicos necesitan un entrenamiento previo e instalaciones con sala blanca para realizarlo. Las comunidades están de acuerdo en que se nombren centros de referencia con la suficiente capacidad técnica . Lo que aún no se ha resuelto es cómo afrontar la sobrecarga económica que supondrá para las comunidades que soporten los tratamientos.

De momento, Madrid, Cataluña, Andalucía, Castilla y León y el País Vasco han pedido al Ministerio de Sanidad la acreditación de sus centros y mayor agilidad para acelerar el proceso. «Sanidad anuncia la nueva terapia a bombo y platillo, pero aún no se han verificado los centros, ni se conocen los criterios para seleccionar a los enfermos candidatos ni se ha explicado cómo se derivará a los enfermos de otras comunidades», se quejaba ayer el consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, quien asegura que en su comunidad ya se están tratando pacientes «que no pueden esperar». «Tenemos tres casos para el mes de marzo y por nuestras estimaciones el número de pacientes irá aumentando, con lo que es algo que no podemos detener».

De momento, el CAR-T se reservará para pacientes con leucemia y linfoma que no respondan al tratamiento . Se estima que al año habrá 440 enfermos que pueden ser candidatos: 400 de linfoma y unas 40 para leucemia linfoblástica aguda.

El Ministerio de Sanidad calcula que se seleccionarán unos veinte centros en toda España, nueve o diez para pacientes infantiles y otros tantos para adultos que puedan dar respuesta a estos enfermos.

Tampoco está clara la financiación. El medicamento cuesta 150.000 euros pero si se le suma el coste de hospitalización e ingreso obligatorio en UCI, el precio alcanza el medio millón de euros por paciente . Sanidad ha propuesto que las comunidades de origen del enfermo paguen el medicamento que solo tienen Novartis y Gilead. La asistencia sanitaria la proporcionaría la comunidad donde se realice el tratamiento y sería compensada con el sistema administrativo utilizado habitualmente en la derivación de enfermos. Madrid cree que este sistema «es una trampa» para las comunidades que soporten el peso de estos tratamientos.

En esta comunidad se anunciarán mañana los dos hospitales propuestos como centros de referencia para este propósito, uno de infantil y otro de adultos. Además de otros dos de rescate, explicó el consejero.

A precio de oro

El problema no es solo el CAR-T sino las terapias avanzadas que están por llegar y se pagarán a precio de oro. En los próximos años se espera la llegada de nuevos antitumorales que, de nuevo volverán a ser una buena noticia para los enfermos, pero desde un punto de vista económico, se convertirán en un nuevo desafío para el sistema sanitario.

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