La Atención Primaria, «al límite» tras años de «ninguneo»
Los médicos que actúan de primera barrera en la Sanidad se echan a la calle hoy para reivindicar más recursos para una plantilla sin relevo generacional. Enfermeras y administrativos también acusan la falta de medios
La Atención Primaria agoniza sin un plan para reflotarla

Son la primera línea de batalla, el rostro de la Sanidad más cercana y quienes acompañan a cada persona desde que necesita las primeras vacunas hasta sus últimos días de vida. Los médicos de Familia, las enfermeras de los centros de salud y el ... personal administrativo de la Atención Primaria llevan tiempo acusando una crisis que la pandemia de coronavirus ha terminado por recrudecer. La falta de personal, de medios y el alto grado de burocratización hacen de su labor diaria un acto casi de heroísmo, y muchos temen que con el «ninguneo» por parte de las autoridades termine incluso desapareciendo.
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Hoy más de un centenar de organizaciones llaman a manifestarse en muchas ciudades españolas en defensa de la que es la primera ventana del Sistema Nacional de Salud. Consideran necesario aumentar en 8.000 los profesionales de Medicina ; en 15.000 los de Enfermería y 5.000 administrativos. Piden, además, dedicar el 25% del presupuesto total sanitario –esto es, elevarlo un 10%– a la Atención Primaria. Estos son los testimonios de su día a día.
Manuel Veiga: «Estamos haciendo enfermería de guerra»
Enfermero en Galicia
En el PAC (Punto de Atención Continuada) de Lugo donde trabaja Manuel Veiga , enfermero, atienden hasta 200 pacientes en un día, y «hay mucho volumen de trabajo», reconoce. Pero el año pasado, en los peores momentos de la pandemia, fue mucho peor: «La carga de trabajo se multiplicó por diez» durante las navidades de 2020 y principios de 2021, evidenciando una falta de personal en la Atención Primaria. «Vino refuerzo, una enfermera más, por lo que la gente esperaba mucho más tranquila», pero se puso de manifiesto que una de las reivindicaciones del sector está más que justificada: «Llevamos mucho tiempo pidiendo aumento de personal, y no solo de Enfermería, sino también médico. No somos suficientes», explica Veiga, en referencia a los tres médicos y tres enfermeros que hay en el PAC:«Estamos haciendo enfermería de guerra».
Hace años, cuando el Grado de Enfermería se terminaba en tres cursos, « todo era más fluido », recuerda Veiga, por lo que ahora, para contrarrestar, piden que se amplíen las plazas universitarias. Actualmente es difícil encontrar sustitutos, incluso para reemplazarlos en vacaciones. «Vamos a tener serios problemas y necesitamos las vacaciones. Tanto física como anímicamente los dos años de pandemia nos están pasando factura», se lamenta Veiga.

Media de pacientes atendidos
por un médico de Familia
Consultas telefónicas, presenciales y en domicilio al día
De 35 a 40
De 40 a 45
De 45 a 50
De 50 a 55
Más de 55
47,76
45
39,5
47,83
48,5
47
46,38
43,4
52
50,33
41,17
52,25
49,94
37,25
57
54
45
Fuente: semFYC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria) / ABC

Media de pacientes atendidos
por un médico de Familia
Consultas telefónicas, presenciales
y en domicilio al día
De 35 a 40
De 40 a 45
De 45 a 50
De 50 a 55
Más de 55
47,76
45
39,5
47,83
48,5
47
43,4
46,38
52
50,33
41,17
52,25
49,94
37,25
57
54
45
Fuente:
semFYC (Sociedad Española de Medicina
de Familia y Comunitaria)
/ ABC
En el Centro de Salud de Rianxo (La Coruña), Flor Fernández se lamenta lo mismo, pues «en teoría hay tres médicos, pero solo hay uno en estos momentos», por lo que las enfermeras «tenemos que asumir muchas más labores que, en ocasiones, no nos corresponden». Y ya no es solo la falta de médicos, sino que desde principios de semana llevan con una compañera de enfermería de baja y no la han sustituido, sino que se reparten la agenda entre las otras dos compañeras.
Fernández dejó la Primaria durante unos años, y cuando en 2018 volvió, pensó que los avances habrían sido tangibles, sobre todo porque considera que en los últimos años la Atención Primaria se ha revalorizado mucho. Y reconoce que en muchos aspectos sí, como en el tecnológico; sin embargo, «a nivel de personal estamos igual» . «Somos el pilar de la sanidad, incluso más que los médicos, pero no se nos tiene en cuenta lo suficiente, nuestra profesión está infravalorada».
Ana Arroyo: «Pasé la sexta ola rellenando bajas. No he estudiado para esto»
Médico en Extremadura

Cuenta la doctora Ana Arroyo , que ejerce como médico en la Atención Primaria en un pueblo de Extremadura, que durante la jornada del pasado miércoles atendió a 56 pacientes. En la anterior, el martes fueron 77, contando las citas presenciales, las telefónicas y los avisos a domicilio. Aunque ama su profesión por encima de otras cosas, no puede evitar sentir frustración por cómo se ha llegado hasta aquí. «Cuando empecé, en 1995, era una Atención Primaria muy jovial, con mucha fuerza y potencia, con su propia filosofía, y entonces sí que se podía hacer esa medicina bonita, de la prevención de la salud», rememora al otro lado del teléfono.
Ahora, en cambio, la burocratización y la falta de relevo generacional ha alterado el panorama:«Lo más frustrante de la sexta ola fue la sobresaturación de las bajas laborales. Yo no he estudiado para esto , sino para hacer clínica». Desde organismos como la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), de la que es vicepresidenta, llevan años alertando de la falta de relevo de profesionales y se duele por que «ya no hay quien lo remedie». Lo que más le enfada es saber que «se podría haber evitado».
María José Gimeno: «No haces bien tu trabajo si solo tienes cinco minutos»
Médico en Alicante
Después de semanas en las que la oleada de Ómicron acaparaba prácticamente todo el trabajo, ahora la rutina para María José Gimeno, médico de Familia en el Centro de Salud San Blas de Alicante, ha cambiado con todo el retraso acumulado en aras de «atender enfermos crónicos, recuperar los controles, realizar las analíticas… en definitiva, recuperar la normalidad», según desgrana a este medio.
Su día suele comenzar con unos 30 pacientes y acabar con 40 o 50 debido a que la Atención Primaria se caracteriza po r «su accesibilidad y su inmediatez» , es decir, que es el primer servicio al que acude la mayoría de la población. «Pero no haces bien tu trabajo si solo tienes cinco minutos y, aunque el paciente no lo sabe porque no se da cuenta, tú como profesional sí eres consciente de que se te están quedando cosas en el tintero».
A pesar de esas prisas, Gimeno encuentra un apaño al que recurren sus colegas en estas consultas, que es emplazar al enfermo a venir otro día: «Lo bueno es que como hacemos un seguimiento del paciente toda la vida, pues a veces le dices ‘vente la semana que viene’, ya que en un mismo acto médico no puedes solucionarlo», objeta.
Concepción Sánchez: «Cerca de 600.000 niños no tienen un pediatra asignado»
Pediatra en Madrid

Pasados dos años de pandemia, los pediatras enfrentan ahora desafíos como la recuperación total de la cobertura de vacunación, el desarrollo del habla, el aumento de la obesidad y los trastornos de conducta alimentaria. Ahora mismo hay más de 600.000 niños sin un pediatra asignado, porque hay cientos de plazas en todas las comunidades autónomas que no se cubren. Esto va a producir una brecha muy importante en su salud mental, irrecuperable en la adquisición del lenguaje. Habrá muchas familias que no tengan dinero para pagarse los seguros privados», expone la doctora Concepción Sánchez Pina, presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap).
Hermenegildo Marcos: «Tenemos que retener a los MIR»
Médico rural en Zamora
Castilla y León es la comunidad autónoma con el mayor número de consultorios locales del país. En total, 3.669 ubicados en el medio rural atendidos por médicos de Familia como Hermenegildo Marcos, que conoce bien esa realidad como facultativo en la zona básica de salud de Corrales del Vino (Zamora) y como representante de la Atención Primaria Rural en el Colegio Oficial de Médicos de España. En su rutina habitual visita los consultorios de tres pequeños municipios de 100, 300 y 400 habitantes y a ninguno de ellos acude todos los días. «Salvo si hay alguna urgencia. Entonces nos desplazamos en cualquier momento», explica. Su cupo de pacientes diario nada tiene que ver con el de las grandes ciudades. «Estamos viendo alrededor de unos 15 o 20 pacientes al día», señala, mientras reconoce que hay compañeros del ámbito urbano que han llegado a ver «80». «Eso es una locura» , indica, fruto de la «sobrecarga» de trabajo que atraviesa desde hace tiempo esta especialidad. «En nuestro caso, los médicos rurales no tenemos quizá ese exceso de números, pero nuestros enfermos son más envejecidos, con patologías más complejas y requieren atención más continua y más visitas», expresa.
Lo que tiene claro es que el principal problema que atraviesan tanto en el pueblo como en la ciudad y explica ese exceso de trabajo, agravado por la pandemia y que ha llevado también al «desánimo» a muchos profesionales, es la falta de médicos. «Hay déficit de profesionales. Las zonas que están cerca de los núcleos de población más importantes no tienen problemas tan acuciantes, pero sí las que están a 50 ó 60 kilómetros», señala. La razón a este desajuste está en una «mala planificación» entre los médicos que se jubilan y las personas que finalizan el MIR, considera, y en que las «condiciones» para alargar la carrera profesional más allá de los 65 años «no son las mejores». «Antes se prolongaba la actividad hasta los 70 en un porcentaje muy alto y ahora no, incluso hay quien se quiere ir antes». La solución, asegura, se podrá conseguir a medio plazo «aumentando las plazas de tutores para el MIR», pero también de forma más inmediata con unas «condiciones aceptables» para que los médicos veteranos decidan continuar e «intentar retener a los jóvenes para que no se marchen al terminar la residencia».
Marina P.: «Nosotros realizamos incluso triajes»
Auxiliar administrativo
El primer rostro tras el mostrador de los centros de salud es el de los auxiliares administrativos como Marina –que prefiere no dar su nombre–. Ellos sufren en primera persona la ira de quienes demandan «ver ya» a su facultativo, pero hacen mucho más que eso. « Para el paciente, nosotros no somos nadie , solo los malos. Pero hemos llegado incluso a hacer triajes», explica a ABC. «Tenemos que tener conocimientos de leyes, como la de protección de datos, y llevamos mucho tiempo porque se nos reconozca como una categoría», reclama.
El coronavirus, que desplazó a los pacientes a la puerta de muchos centros de salud ha contribuido a «enfurecerlos» , y todo esto llega en un momento en que las plazas de quienes la abandonan «no se amortizan».
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