Arranca el mayor juicio de la historia del Vaticano
Hasta diez personas, entre ellos el excardenal Becciu, serán juzgadas por malversación, abuso de poder y soborno
Los fiscales han tardado meses en reconstruir la opaca operación de compra de un edificio de Londres que ha supuesto pérdidas millorias al Vaticano
Una gran sala multiusos cerca de la Capilla Sixtina acogerá este martes a partir de las 9:30 horas de la mañana el primer proceso civil realizado en el Vaticano contra un cardenal.
Ha sido necesario adaptar esta sala especial en los Museos del Vaticano pues el tribunal es demasiado pequeño para acoger a todos los acusados, diez en total, junto a sus abogados, a los tres jueces, y a los dos fiscales que en los próximos meses seguirán este «maxiproceso».
El ex número 3 del Vaticano, Angelo Becciu ha sido acusado de malversación de fondos, abuso de poder y obstrucción de la justicia por incitar a funcionarios subordinados a declarar falso testimonio. Él lo niega tajantemente y sus abogados subrayan que «no se ha apropiado ni de un céntimo».
Junto al purpurado serán procesadas otras nueve personas, la mayoría de ellos por malversación de fondos, fraude y extorsión.
«El cardenal está sereno, porque tiene la conciencia limpia y la certeza de que saldrá a luz la verdad», reza el comunicado de los abogados de Becciu. «Es totalmente inocente y vamos a demostrarlo», aseguran sus abogados a pocas horas del inicio del proceso. «Las acusaciones son infundadas», insisten.
Aún no está claro si el purpurado se presentará este martes ante los jueces. No está obligado a comparecer en estas primeras vistas, en las que técnicamente se informa a la defensa de los términos de imputación, y la corte decide sobre las objeciones que se presenten al proceso.
El purpurado de 73 años parte en cierta desventaja, pues el 24 de septiembre fue apartado de todos sus cargos y se vio obligado a renunciar a todas las prerrogativas ligadas al cardenalato . Todas, excepto el título, que lo convierte en el primer cardenal procesado civilmente en el Vaticano.
Precisamente la parte civil del proceso será la Secretaría de Estado, el departamento del que fue número 2 durante 6 años, desde 2011 hasta 2017.
Los fiscales han tardado meses en reconstruir la opaca operación de compra con fondos reservados de la Secretaría de Estado de un edificio de Londres que ha supuesto pérdidas de entre 88 y 174 millones de euros al Vaticano. Es un icono de la gestión anómala de esos fondos por parte del equipo de Becciu.
En este caso, se trataba de una inversión no especulativa pues la idea era transformarlo en edificio de apartamentos de lujo para alquilarlo por lotes. Pero el Vaticano no sabía que el edificio estaba no sólo hipotecado sino vinculado a varias normas locales y no podía ser reformado.
La operación comenzó en 2014, y desde entonces y hasta el año 2019, varios intermediarios se embolsaron sucesivamente millones de euros, primero revelando al Vaticano que no tenía el control del edificio a pesar de haberlo pagado; y después pidiendo comisiones millonarias para cederlo.
La voz de alarma la dio el Banco Vaticano Ior, cuando la secretaría de Estado solicitó un préstamo alegando como concepto supuestos «motivos institucionales» para pagar la hipoteca final.
El proceso será apasionante. Entre los implicados está Cecilia Marogna, quien se presenta como «analista de servicios secretos», que supuestamente estafó al cardenal. Angelo Becciu le pagó 575 mil euros para liberar a misioneros secuestrados y esta cantidad fue casi exclusivamente utilizada en compras de artículos de lujo.
Otro ejemplo de la gestión de los fondos es el donativo de 225 mil euros de la Secretaría de Estado a la cooperativa social de Antonino Becciu, gestionada por el hermano del cardenal. Según el fiscal, ese donativo no se empleó para «los fines benéficos al que estaba destinado».
Durante el proceso, además de la supuesta espía, junto al cardenal, se sentarán dos de sus ex colaboradores en la gestión de esos fondos. Uno de ellos está acusado de actuar de acuerdo con los intermediarios para alzar lo más posible las comisiones en la compra del edificio.
También estarán en el banquillo, tres de los intermediarios y el abogado de uno de ellos, acusados también de estafa; y los dos principales responsables del departamento de vigilancia de operaciones financieras en el Vaticano, la AIF. Se trata de René Brülhart, ex presidente, y de Tommaso Di Ruzza, antiguo director. Según el fiscal, no sólo «descuidaron las anomalías de la operación de Londres» sino que tuvieron «una función decisiva en la liquidación de los créditos» de uno de los intermediarios.
Por ahora, todos dicen que son inocentes. A pocas horas del inicio del juicio, lo único que está claro es que será un proceso largo y lleno de desagradables sorpresas.