Apuesta europea por los proyectos españoles de investigación e innovación

El Parlamento Europeo respaldó a principios de marzo el acuerdo político sobre el programa InvestEU, que movilizará importantes fondos públicos y privados para apoyar las inversiones y crear empleo

El Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) ABC

Isaac Asenjo

La UE destina cada año miles de millones de euros a diferentes proyectos a desarrollar en los Estados miembros, una vez consensuados entre sus principales instituciones: Parlamento (PE), Consejo y Comisión (CE). El Plan Horizonte Europa, el nuevo programa de investigación e innovación de la UE que cuenta con un respaldo de 95.500 millones, se enmarca en ese tipo de iniciativas; en este caso para garantizar que las acciones europeas en dicho ámbito ayuden a ejecutar las prioridades de la UE.

El propio PE respaldó a principios de marzo el acuerdo político sobre el programa InvestEU, que movilizará importantes fondos públicos (su garantía presupuestaria asciende a 26.200 millones) y privados para apoyar las inversiones y crear empleo. A continuación, destacamos dos de los diferentes proyectos innovadores con sello español que se están pudiendo desarrollar gracias al respaldo financiero de las instituciones comunitarias.

Inhibidores y anticuerpos monoclonales

Tras un año de pandemia, es clave comprender la interacción del coronavirus con el hospedador para poder diseñar productos terapéuticos eficaces. El proyecto RiPCoN, que se inició en abril del pasado año, es un «consorcio especializado en interacciones entre proteínas y otras macromoléculas», explica Patrick Aloy, responsable del mismo en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB).

El objetivo en esta primera fase es el de «identificar todas las interacciones entre las proteínas virales del SARS-CoV-2 y las humanas». Después, se intenta «identificar fármacos potenciales ya aprobados que puedan ser eficaces contra el Covid-19 y que se ejecuten directamente en las proteínas humanas, que son menos variables», explica. La parte experimental se desarrolla en Múnich, mientras en Barcelona se aplican los datos y la inteligencia artificial (IA). El proyecto tiene una duración de tres años y la financiación supera el millón y medio de euros, de los cuales 350.000 euros irían destinados al IRB. «El criterio y requisito de financiación principal es la excelencia científica», cuenta el eurodiputado socialista Nicolás González Casares, de la comisión de Industria del Parlamento. El español reconoce que hay que «tener servicios públicos y una estructura pública de respuesta adaptada» ante futuras amenazas. «La respuesta europea ha sido importante».

El laboratorio de Barcelona ha identificado 205 interacciones entre 19 proteínas virales y 171 proteínas humanas. Actualmente, se analiza toda esta información para ver si pueden conseguir moduladores químicos que eviten la interacción y comprobar si así se pararía la infección. Entre las alternativas sólidas para frenar la pandemia se encuentran los anticuerpos monoclonales. «Son una de las tres aproximaciones principales junto a las vacunas y los antivirales», explica Luis Enjuanes, del CSIC.

Cálculo computacional masivo

Al Covid-19 y su coronavirus se le combate, sobre todo, con ciencia. En laboratorios y universidades, la ciencia lleva meses trabajando para conocerlo mejor, detener su contagio y mejorar los sistemas de detección. Una de esas estrategias es el cálculo computacional masivo para buscar moléculas que logren aniquilar a este enemigo invisible. Ahí entra en juego el proyecto Exscalate4CoV, liderado por tres centros de supercomputación europeos: CINECA en Italia, BSC en España (con el ordenador Mare Nostrum 4 en Barcelona) y Jülich en Alemania.

«Analizamos diferentes variantes y genomas del virus, así como sus sucesivas mutaciones, para la búsqueda de fármacos y terapias inmunitarias», explica Alfonso Valencia, director del departamento de Ciencias de la Vida del BSC. Este experto lidera uno de los distintos grupos con financiación y apoyo del Parlamento Europeo. El núcleo es el Exscalate (E4C), la plataforma de supercomputación inteligente más potente y rentable del mundo.

Exscalate tiene una «biblioteca química» de 500.000 millones de moléculas y una capacidad de procesamiento de más de tres millones de moléculas por segundo. El estudio se realiza sobre «información disponible en bases de datos públicas» que albergan «secuencias genómicas de las diferentes mutaciones del virus, así como de diferentes especies animales», explica Valencia. De los animales aprenden qué hace posible el salto de unas especies a otras y, comparando luego secuencias de humanos, observan cómo va cambiando el virus a medida que se propaga la infección. El proyecto empezó en marzo y hasta el momento destaca el resultado satisfactorio. «Ha tenido mucho éxito porque se ha conseguido pasar uno de los fármacos diseñados a una fase en la que se testea el compuesto experimentalmente», afirma este experto, quien destaca que «la fase de diseño computacional puede acelerar los procesos en poco tiempo».

Ahora están también centrados en una extensión del proyecto, para la que pedirán una financiación adicional a la UE, priorizando vacunas en lugar de fármacos. «No está claro hasta qué punto son útiles todas ellas ante las diferentes variantes del virus que están surgiendo. Queremos usar la misma tecnología del superordenador para analizar la manera en la que se unen los anticuerpos conocidos y predecir los grados de peligrosidad sobre las cepas que aparecen, para conocer si pueden escapar al sistema inmune», explica el bioinformático.

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