África
«El apartheid de los alimentos»: una nación hambrienta es una nación violenta
Sudáfrica vive una grave crisis de hambruna que está afianzando las divisiones sociales creadas por el apartheid

Unos 14 millones de sudafricanos se van a la cama hambrientos cada noche. El país está viviendo una crisis alimentaria que amplía la brecha que existe en una de las sociedades más desiguales del mundo. Veinticuatro años después del fin de los gobiernos de minorías blancas, los activistas y los medios de comunicación denuncian que la libertad política ha significado muy poco para quienes están inmersos en la hambruna. La malnutrición es la causa raíz de algunos de los problemas sociales y económicos más graves que afronta el país y su impacto a corto y a largo plazo no se puede ignorar.
Consecuencias de la hambruna: desigualdad
La periodista Kim Harrisberg, autora del documental « Food Apartheid », analiza para ABC esta preocupante situación: «Sudáfrica está viviendo un « apartheid » de los alimentos. La actual crisis de desnutrición no está estratégicamente impulsada por el Estado con la intención de crear divisiones raciales como sucedió durante el apartheid, sin embargo, la crisis alimentaria está afianzando las divisiones establecidas durante ese período». El sistema de segregación racial que terminó en 1992 hizo a buena parte de la sociedad sudafricana invisible y, desde el punto de vista de la alimentación, eso no ha cambiado en estos más de 20 años. «Cuando algunas personas tienen acceso a alimentos nutritivos y otras no, se crea una diferencia física y social entre unos y otros», denuncia la periodista, que ha ganado el premio Impact Africa en 2017.
Los efectos de pasar hambre
La hambruna es uno de los principales desencadenantes de la violencia del país, según la periodista de Health-E News. De hecho, hay una razón científica del porqué tener niveles de glucosa bajos en la sangre hace que algunas personas se vuelvan agresivas, según un estudio de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos). Controlar los impulsos agresivos requiere de energía, y gran parte de ésta es proporcionada por la glucosa derivada de los alimentos ingeridos. Por tanto, la falta de sustento de manera continuada podría estar relacionada con niveles más altos de violencia.
Una investigación realizada recientemente demostró que la malnutrición en los primeros 1000 días de vida (desde la concepción) tiene un impacto importante en la salud del adulto y aumenta el riesgo a sufrir enfermedades como diabetes, hipertensión y obesidad. Además, un niño que no recibe el alimento necesario regularmente rinde menos en la escuela , debido a que su juicio se ve afectado, así como su concentración y, por tanto, su capacidad cognitiva se ve mermada. Esto se traducirá en menos oportunidades de empleo en un futuro y, por tanto, seguirán aumentando las divisiones laborales que existen actualmente en Sudáfrica. La inversión en educación prevista por el gobierno de Cyril Ramaphosa para favorecer a aquellos con menos recursos quedará en papel mojado si sus estudiantes no llegan en las mejores condiciones a la escuela.
Esta situación provoca altos niveles de estrés y ansiedad a miles de padres que no pueden ofrecer a sus hijos una alimentación básica. Además, la dieta deficiente afecta la capacidad de ser miembros productivos de la sociedad. En algunas comunidades es habitual que las mujeres, especialmente madres, recurran al sexo a cambio de alimentos o por dinero para comprar comida. En el caso de los hombres, su masculinidad se pone en entredicho al no ser capaces de mantener a su familia, por lo que algunos de ellos recurren a la violencia para reforzar su hombría. La falta de lucidez debida a la pobre alimentación en combinación con esta culpabilidad y, en ocasiones, con el abuso de alcohol u otras drogas desencadena comportamientos violentos. Harrisberg explica que el 40% de los hombres entrevistados confesaron que sus comportamientos violentos se redujeron cuando tuvieron acceso de manera continuada y segura a alimentos.

Obesidad y desnutrición
Sudáfrica es uno de los países del mundo con una tasa de obesidad más alta (ocupando el puesto 14 a nivel mundial) y liderando el ranking en el África subsahariana. «La obesidad es una forma de desnutrición : cuando las personas consumen calorías «vacías» se sienten llenas, pero sus cuerpos carecen de los nutrientes equilibrados que necesitan», explica la periodista a ABC. El precio de los alimentos más saludables ha llevado a los sudafricanos a comprar barato y a alimentarse peor .
«En los espacios urbanos más pobres, los alimentos más abundantes y asequibles son los más procesados , los más ricos en grasas y los más ricos en azúcares. Esto significa que los sudafricanos en áreas más pobres muestran niveles mucho más altos de desnutrición (categoría en la cual se incluye la obesidad)», denuncia Harrisberg.
Los expertos alertan de que el sistema alimentario se puede colapsar debido a los malos hábitos de los sudafricanos. Los niños de nueve y diez años se encuentran entre los mayores consumidores de bebidas azucaradas en el mundo, después de los Estados Unidos. Una consecuencia de esto es que se diagnostiquen 10.000 nuevos de diabetes cada mes en el país. Sin embargo, cambiar de estilo de vida es difícil y costoso.
El gobierno, señalado
Resulta llamativo que en un país sumamente rico en recursos, un 25% de la población (14 de 57 millones de habitantes) no disponga del sustento diario necesario. Los principales factores que explicarían esta situación son el legado socio-económico del «apartheid» , la corrupción y la mala gestión política y económica del gobierno. Pero esto no es todo. El acceso a la tierra, el coste de la vida, la desigualdad sistémica , la escasa integración de los trabajadores agrícolas de pequeñas explotaciones en los principales mercados y el dominio que ejercen en éstos las gigantescas corporaciones agroalimentarias también son claves para entender esta crisis y su impacto sobre las comunidades más pobres, según la periodista.
A pesar de los desalentadores datos, Harrisberg se muestra esperanzada. «Entre el hambre y la desnutrición, hay historias de personas y comunidades innovadoras que luchan contra esta injusticia: a través de huertos comunitarios, planes de alimentación, fidecomisos comunitarios que otorgan la propiedad de la tierra a los trabajadores agrícolas, entre otras muchas iniciativas. Si el gobierno pensara de manera tan creativa como lo hacen estos individuos, entonces muchas cosas cambiarían», concluye Harrisberg.
Video reportaje «Food Apartheid»: https://www.youtube.com/watch?v=rQlbV8O1DlU
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