Los antivacunas alemanes acaban a mordiscos con la Policía

La agresividad creciente de estas manifestaciones preocupa a las autoridades alemanas

Las manifestaciones ilegales afloran por toda Alemania Reuters

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Las protestas ilegales contra las restricciones aumentan en Alemania y se concentran en los lunes, ligándose así simbólicamente a las 'Marchas por la Paz ' que arrancaron en Leipzig a finales de los ochenta y que terminaron convertidas en el movimiento ciudadano de resistencia que terminó derribando el Muro de Berlín. En muchas de ellas se registran disturbios y comportamientos violentos. En la de anoche en Lichtenstein 14 agentes de policía fueron heridos, algunos por impacto de botellas rotas pero la mayoría por mordiscos. «Una mujer trató de arrebatar el arma de servicio a un oficial que se resistió y fue atacado a mordiscos» , ha relatado un portavoz policial que calcula que alrededor de 60 jóvenes violentos se habían mezclado en un grupo de unos 200 manifestantes.

«Se resistieron a las órdenes de dispersión y realizaron con varios intentos de traspasar el cordón policial, además de atacar masivamente a los agentes -dice el informe- rociaron con gases irritantes a los efectivos policiales antes de que se procediese a dispersarlos por medio de gas pimienta». «El hecho de que los paseantes marches los lunes no es una coincidencia, deliberadamente eligen este formato para situarse en la tradición de la oposición de la Alemania comunista y transmitir que ahora vivimos también en una dictadura, la dictadura del coronavirus, pero es una afirmación tan falsa como presuntuosa», analiza el etnólogo y periodista Alexander Jürgs, «ahora las medidas y las restricciones se debaten en voz alta, en los parlamentos, en los medios de comunicación y en las casas... solo hay que fijarse que dentro de la coalición que gobierna Alemania hay posiciones muy diferentes sobre la vacuna obligatoria».

Otra significativa diferencia con aquellas 'Marchas por la Paz' es la agresividad creciente de estas manifestaciones , que preocupa a las autoridades alemanas. El Ministerio regional de Interior de Baviera considera que están infiltradas por la extrema derecha y ha presentado unas cuarenta denuncias por daños físicos a agentes de policía, además de otras treinta relacionadas con la violación de la Ordenanza de Emergencia por coronavirus. Pero la cantidad de personas que reúnen estas protestas dificulta en gran medida el trabajo de la policía y de los tribunales.

Unas 50.000 personas repartidas en unas 170 convocatorias se manifestaron anoche en el estado federado de Baden-Württemberg, según el ministro regional de Interior Thomas Strobl , que ha subrayado que «esta cifra es muy, muy grande para nuestra capacidad de reacción». La mayoría de estas manifestaciones no son registradas ni autorizadas, ya que adoptan la forma de «paseos» colectivos anunciados en redes sociales y servicios de mensajería como Telegram. «El estado de derecho no puede mirar para otro lado pero carecemos de las herramientas», aseveró Strobl, que recuerda que «organizar algo así es sancionable».

En Turingia se manifestaron ayer unas 17.000 personas, en Mecklenburgo-Pomerania Occidental otras 12.000 y en Baviera unas 10.000, según datos proporcionados por la policía y cifra similar a la de Sajonia. En el resto del país también se registraron protestas, aunque menos multitudinarias, mucho más pacíficas y a menudo acompañadas por contra-manifestaciones en oposición al cariz ultraderechista de gran parte del movimiento contra las restricciones. En Berlin, varios cientos de manifestantes se reunieron ante la sede de la cadena pública de televisión ZDF y gritaron consignas como «prensa mentirosa», en una concentración ilegal condenada después por la Asociación de Alemania de Periodistas. «Gritaban desde la calle y arrojaron algunas piedras contra las ventanas», relata una periodista presente en la redacción en ese momento, «se valoró la posibilidad de bajar a hablar con ellos pero la policía nos rogó encarecidamente que permaneciésemos en el edificio y alejados de las ventanas y finalmente eso es lo que hicimos».

Lo que la policía puede decir hasta ahora sobre este movimiento es que carece de organización identificable y tampoco hay ningún líder reconocible. Las convocatorias aparecen en las redes sociales con muy poco tiempo de antelación y en chats a los que, en principio, la policía no tiene acceso. De acuerdo con las regulaciones vigentes en Alemania, solo se permiten reuniones con un máximo de diez participantes vacunados, dos si no han sido inmunizados, de manera que se trata de reuniones ilegales, pero se reparten un muchos puntos al mismo tiempo y para la policía resulta prácticamente imposible ocuparse de todas a la vez. En Freiberg, por ejemplo, los manifestantes rompieron anoche un cordón policial y después marcharon por la ciudad en grupos más pequeños sujetos a la normativa.

En Wurzen, alrededor de 120 personas marcharon en grupos pequeños y a distancia suficiente de dos portadores de antorchas en la calle Bundesstraße, de manera que la policía no podía acusar a los grupos de violar la normativa en estricto sentido. En la ciudad de Leipzig, los funcionarios tuvieron que ocuparse de separar a los manifestantes de los contramanifestantes, dispuestos a comenzar una batalla campal.

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