«Hay que alzar la voz contra la colonización ideológica de género»
La Fundación Villacisneros alerta de la «dictadura» excluyente que niega la diferencia entre hombre y mujer
La Fundación Villacisneros, en unión con la Fundación Valores y Sociedad y la Fundación Universitaria CEU, han alertado durante un ciclo de conferencias, que continuará en próximas semanas, de las perversiones sociales que están consolidando una «ideología de género» manipuladora de la sociedad capaz de negar la identidad diferencial entre el hombre y la mujer. Durante una mesa redonda celebrada en Madrid, el abogado y escritor Jesús Trillo-Figueroa, sostuvo que para muchos ciudadanos, «la ideología de género es hoy un fantasma, un invento de la extrema derecha» para estigmatizar cualquier réplica a la ideologización imperante del papel del hombre y la mujer.
Sin embargo, a su juicio, es evidente que se trata de una «ideología política que se está comiendo al propio feminismo» , porque «niega la existencia del sexo y asegura que solo existe el género». «Es evidente que para los ideólogos de género –a quienes Trillo vinculó a una labor de ingeniería social proveniente de la izquierda- existen tantos géneros como orientaciones sexuales pueda sentir cada persona» , de modo que el objetivo último, y contra natura, es «acabar con la diferenciación sexual, y liquidar el sistema heteronormativo (…) asaltando para ello hasta las escuelas».
La vicerrectora de Profesorado de la Universidad Francisco de Vitoria, María Lacalle, comenzó su intervención apelando a la necesidad de «alzar la voz frente a la colonización ideológica» que no distingue entre ideología y persona, y que no respeta la discrepancia o la disidencia intelectual frente al discurso imperante. «La persona es siempre digna de respeto y debe ser acogida en toda su dignidad. Sin embargo, ante las ideologías se puede disentir, discrepar y criticar».
Confusión
Y en este sentido, lamentó la proliferación de numerosas leyes y normas que trata de imponer la izquierda en nombre de un falso progresismo, «eliminando cualquier referencia sexual distintiva entre el hombre y la mujer, lo que provoca confusión en los individuos, produce sufrimiento y conduce a la destrucción del sexo, la maternidad, la familia y la sociedad».
También cuestionó la corriente transhumanista que impone la mejora de la especie humana apoyada en la tecnología. «Pero no es una antropología científica –añadió-, sino que se nos impone bajo la pretendida bandera de la libertad y un discurso buenista».
Finalmente, el médico y profesor universitario Ricardo Abengózar, concluyó que «la biología importa, desde luego que importa». Y lo hizo a través de una gráfica presentación, demostrativa de las «evidencias» diferenciadoras entre el hombre y la mujer desde una perspectiva puramente celular, biológica y natural.
«La ideología de género parte de la hipótesis de que todo es subjetivo –dijo, y de que la biología es irrelevante. Y de modo acrítico la hemos aceptado para no ir cómodamente a contracorriente» de una tendencia social basada en una falsa corrección política. «Son multitud de bases biológicas –añadió- las que determinan o condicionan nuestros comportamientos porque todas las células de nuestro organismo, hombre o mujer, son sexuadas».
Durante el debate posterior a sus ponencias, tanto Trillo como Lacalle y Abengózar echaron de menos un papel más activo de los medios de comunicación , y más independencia intelectual en las aulas y en el proceso de formación de nuestros niños y jóvenes, para paliar esta «perversión», coincidieron, de la libertad, de la antropología, y de la legítima discrepancia ideológica frente a la «dictadura de un pensamiento único que se impone con demasiada facilidad y sin espíritu crítico».
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