Alemania vuelve al cole

La normativa coronavirus no permite entrar y salir por la misma puerta, de manera que se ha fijado un circuito y se ha abierto una puerta trasera desde el gimnasio de algunos centros escolares

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Los niños respetan las reglas de distanciamiento social al entrar en una escuela primaria en Dortmund, Alemania AFP

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«¿Quién puede ponerme un ejemplo de lo que no debemos hacer?» La pregunta la formula la señora Egerhardt, profesora del colegio de secundaria Tiergarten, en el centro de Berlín. «Prestarle el bolígrafo a un compañero», responde Anna con la mano en alto. «Muy bien. Más», pide la maestra. «Volver atrás en el pasillo si nos damos cuenta que hemos olvidado la chaqueta en la percha de la clase», añade Leon.

Las primeras horas de vuelta al cole, después de casi dos meses de aprender solamente online, las dedican a dejar muy claro cómo va a ser todo a partir de ahora . Deben adquirir una serie de nuevos hábitos a los que todavía oponen alguna resistencia. «No quiero llevar mascarilla en clase porque es muy incómodo, no respiro bien y siento demasiado calor», se queja Robert, que finalmente entra por el aro. La mascarilla es obligatoria en el patio, no necesariamente en las aulas según la normativa del gobierno , pero la dirección del centro ha comprado un cargamento de productos de protección y ha preferido añadir este elemento en las horas lectivas.

Antes de recibir de vuelta a los alumnos, han sido necesarias ciertas modificaciones. La normativa coronavirus no permite entrar y salir por la misma puerta, de manera que se ha fijado un circuito y se ha abierto una puerta trasera desde el gimnasio . En el suelo de los pasillos hay señales que marcan la distancia de metro y medio y los pupitres han sido separados. Las clases se dividen en grupos que entran por turnos de mañana y tarde para recibir clase solamente de las asignaturas troncales y en horario reducido. El resto de las clases siguen siendo no presenciales. En la cafetería han sido instaladas mamparas de plexiglás que separan a cada comensal del resto y, aquí va la modificación que más ha entusiasmado a los alumnos, no se realizarán los exámenes escritos que no son exámenes de grado. En esas asignaturas se establecerá una nota media de todo lo presentado en el curso y solamente aquellos alumnos que tengan interés por subir nota pueden solicitar ser examinados de manera individual. De forma general, solo se mantienen los exámenes orales.

« Este va a ser un curso diferente, pero no va a ser un curso perdido », les dijo ayer Markus Söder, presidente de Baviera, en representación de todos los presidentes de los Bundesländer, que van abriendo colegios según la extensión del virus en su territorio y que han optado de manera conjunta por dar prioridad al derecho de los chicos a continuar con su educación. «Nos preocupa mucho quedar marcados como la promoción del coronavirus, como una promoción que no fue correctamente examinada y cuyas notas no tienen el mismo valor que el de las demás», lamenta Olmo, al que solo le quedan por delante dos exámenes de selectividad antes de enfrentarse a la competencia por una plaza en alguna prestigiosa universidad.

«Ha sido un proceso de decisiones muy farragoso, porque durante semanas hemos tenido que leer y escribir multitud de documentos de posicionamiento de los padres, de la dirección del colegio, del Senado de Berlín… pero ha sido muy positivo que todos hayamos podido dar nuestra opinión y que hayan sido tenidas en cuenta las sensibilidades diferentes de muchas familias», celebra Lisa, madre de dos alumnos en plena reincorporación escolar.

En este primer día de colegio de la era coronavirus, tanto profesores y alumnos como padres y políticos son conscientes de que todo va a ser muy diferente . «Las primeras semanas, cuando veíamos lo bien que funcionaban las clases online y las nuevas posibilidades que ofrecían, llegamos a pensar que en un futuro no muy lejano el colegio será así siempre. Pero con el paso de los días, nos hemos ido dando cuenta de que el contacto personal con el profesor, esa interacción activa, directa, es insustituible. Incluso el contacto personal con otros alumnos lo es, a pesar de que estamos hablando de una generación que se comunica casi con más facilidad por el móvil que en persona», reflexiona Herman, padre de otros dos alumnos.

Los últimos en incorporarse, en este proceso progresivo, serán los alumnos de primer, quinto y séptimo grado, el 11 de mayo . Aunque los directores de los centros cuentan con cierta discrecionalidad, el 29 de mayo todos los alumnos alemanes deben estar asistiendo ya a clases presencias con horario reducido, de manera que los recreos quedan eliminados en muchos colegios. «Para nosotros era importante encontrar un equilibrio entre la protección absolutamente necesaria contra la infección de los alumnos y los maestros y el éxito educativo de los niños y jóvenes», explica Sandra Scheeres, senadora de Educación de Berlín, «las fases de la enseñanza presencial deben servir principalmente al contacto personal con los estudiantes, al apoyo con la adquisición de calificaciones escolares y al intercambio de nuevo material de aprendizaje. Además, las tareas de educación en el hogar deben ser discutidas y ha de haber lugar para los comentarios sobre el rendimiento, responder preguntas y solucionar dudas».

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