Alemania dispondrá en septiembre de una vacuna adaptada a Ómicron

El ministro de Salud advierte sobre la llegada en el próximo otoño de una nueva variante «absolutamente asesina»

Varias personas se vacunan contra el coronavirus en Alemania EFE

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Según el ministro alemán de Sanidad, Karl Lauterbach, el país contará a partir de septiembre con una vacuna adaptada a la variante Ómicron . «Vamos a recibir una vacuna que proteja contra la variante Ómicron, la esperamos en septiembre», ha prometido, al tiempo que advierte sobre la llegada en el próximo otoño de una nueva variante «absolutamente asesina» . Ese es el motivo por el que adelanta que la obligación de usar mascarillas en interiores, que ahora ha sido abolida en gran medida, podría reintroducirse en otoño, momento en que la situación «volverá a cambiar». En una entrevista publicada por 'Bild', el socialdemócrata Lauterbach afirma que «conseguiremos una vacuna que proteja contra las variantes de Ómicron, esperamos tenerla en septiembre», que se sumará a la vacuna contra la variante Delta que ya está disponible. «Nuestro objetivo es tener suficiente vacuna para cada ciudadano, sin importar la variante que venga. En otoño tendremos un medio para las variantes Ómicron y Delta y estaremos preparados para cualquier cosa».

Lauterbach insiste en que la relajación que vivimos actualmente no significa el final de la pandemia y avanza que después del verano «aumentarán los casos, entonces probablemente haya nuevas mutaciones, o el número de casos con infecciones de Ómicron aumentará considerablemente. Es por eso que tenemos que revisar la Ley de Protección de Infecciones nuevamente para entonces».

De acuerdo con la Ley de protección contra infecciones actualmente aplicable, los requisitos de mascarilla solo ya son posibles en algunas áreas, como las prácticas médicas o el transporte público. Para poder ordenar más medidas, los estados federados deben declarar las regiones como puntos críticos de pandemia mediante una resolución del parlamento regional. De acuerdo con la ley, esta regla de hotspot y el requisito de mascarilla en el sistema sanitario y transporte público solo se puede aplicar hasta el 23 de septiembre y, según el ministro, deberá ser prorrogada o ampliada. Lauterbach se refiere en la misma entrevista al duro fracaso cosechado por el gobierno de Olaf Scholz y por su parte en particular, derivado de no conseguir la aprobación de la vacuna obligatoria en el parlamento. El Bundestag votó hasta cuatro proyectos diferentes, con graduales rebajas de la obligatoriedad de la vacuna, y ninguno de ellos obtuvo la mayoría necesaria de diputados, lo que califica como una «amarga decepción». «Después de un buen verano, la gran brecha de vacunación puede significar un otoño difícil. Es entonces cuando muchos científicos esperan las próximas olas», lamenta. Los asesores de Lauterbach hablan de varias subvariantes de Ómicron que se están desarrollando actualmente y que son motivo de preocupación para él.. «Es muy posible que tengamos que enfrentarnos a una variante Ómicron altamente contagiosa y tan mortal como Delta. Esa sería una variante absolutamente asesina».

El nivel de estas advertencias contrasta con la relajación que vive actualmente Alemania, uno de los países europeos que más tiempo ha mantenido activas las restricciones por pandemia. La incidencia nacional sigue cayendo y según los datos del Instituto Robert Koch (RKI) el valor de nuevas infecciones por cada 100.000 habitantes en siete días es de 808,8. A modo de comparación: el día anterior, Domingo de Pascua, el valor era 834,3 y hace una semana ascendía a 1.080. En marzo se registraba todavía una incidencia de 1.706,3. El RKI informa de 20.482 nuevas infecciones diarias, mientras que hace una semana había 30.789 contagios registrados en 24 horas. Los expertos dan por hecho que hay una gran cantidad de infecciones no registradas por el RKI, debido al exceso de trabajo de las autoridades sanitarias y porque no todas las personas infectadas se hacen una prueba de PCR, cuando solo estos cuentan en las estadísticas.

El caso es que el número de muertes diarias se ha reducido a 11, cuando la semana pasada el promedio fue de 13. El director de Virología de la Charité de Berlín y asesor del gobierno desde el inicio de la pandemia insiste en que estos datos pueden resultar un peligroso espejismo. «Es importante permanecer alerta y hacer ajustes si es necesario», repite Christian Drosten, que previene contra «dejar simplemente dejar que la situación siga su curso». «Creo que es muy importante no ver esto como una apertura irreflexiva que nos lleve a dejar de pensar en la pandemia, es necesario observar de cerca lo que está sucediendo. El virus no se ha vuelto absolutamente inofensivo y, si bien la actual relajación es fundamentalmente justificable... sigue habiendo un alto riesgo, especialmente para las personas mayores. Ahora estamos viendo que los mayores de 65 o 70 años, se están infectando cada vez más. El próximo otoño hay que empezar a vacunar de nuevo a la población de mayor edad y será necesario volver a tomar medidas más duras en invierno, dice, “por el momento no sabemos exactamente si será un sucesor de Ómicron o si será otro virus que provenga de una diversidad original más antigua. Habrá vacunas específicas adaptadas a Çomicron, pero no sabemos en este momento si será un virus similar a Ómicron el que esté circulando el próximo invierno o si será otro».

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