Alemania aporta 1.500 millones de euros al G7 para la lucha global contra la pandemia
El G-7 quiere contrarrestar la influencia de Rusia y China en la distribución internacional de vacunas
«Es una cuestión de justicia elemental», así ha defendido la canciller alemana, Angela Merkel, la aportación de 1.500 millones de euros por parte de Alemania a la lucha global contra la pandemia. El objetivo de esta aportación es que los países en vías de desarrollo cuenten con medios para luchar contra el coronavirus. «Y no bastará con dinero, será necesario hacer llegar vacunas», ha defendido también Merkel, que ha señalado la iniciativa Covax como «una cuestión de la que debemos ocuparnos las democracias». «No basta con la diplomacia», ha insistido, recordando que no habrá prohibiciones de exportación para las vacunas producidas en suelo alemán a países fuera de la UE y subrayando que «es en interés de todos» que las vacunas lleguen a todos los países.
Merkel ha hecho este anuncio después de una videoconferencia en la que los líderes del G7, el grupo de siete países más industrializados del mundo, han intercambiado impresiones y trazado una estrategia común en la lucha contra la pandemia. El ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, se ha felicitado por el hecho de que Alemania pase a ser el mayor donante global de la crisis sanitaria y ha calculado que, con esta aportación, aumentan las donaciones globales de manera significativa. «Esto por sí solo aumenta la financiación internacional para vacunas, medicamentos y pruebas en más del 30%», ha explicado Scholz, «solo podemos estar seguros cuando la vacunación esté disponible en cualquier parte del mundo y el gobierno alemán quiere dejar claro que estamos del lado de los países más pobres».
Junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la alianza CEPI para la investigación de vacunas, la alianza de vacunas Gavi es responsable de la iniciativa internacional Covax, que pretende garantizar que las personas de los países más pobres también puedan protegerse contra el virus Covid-19. Según el Ministerio alemán de Desarrollo, los países ricos se han asegurado hasta ahora dos tercios de las dosis de vacunas, aunque solo representan el 16% de la población mundial. Hasta ahora, solo el 0,5% de todas las vacunas han sido recibidas por personas residentes en los países más pobres.
Poco antes de la cumbre virtual del G7, la UE y los EE. UU. habían anunciado miles de millones adicionales para el programa mundial de vacunación Covax. Washington se ha comprometido por el equivalente a unos 3.300 millones de euros, mientras que Bruselas prometió duplicar las contribuciones hasta los 1.000 millones de euros. Durante la reunión, los siete líderes han estado de acuerdo en la necesidad de restringir cualquier tipo de «nacionalismo sanitario» y han convenido en la conveniencia de contrarrestar la política de influencia sobre la distribución internacional de vacunas que llevan a cabo Rusia y China. Moscú ha negociado ya acuerdos con más de 50 países para su vacuna Sputnik V, incluyendo a Hungría, que es país miembro de la UE, y Serbia, aspirante a serlo. «Nos preguntamos qué hace Rusia ofreciendo teóricamente millones de millones de dosis a otros países cuando no avanza lo suficiente vacunando a su propia gente», ha señalado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Boris Johnson, jefe de gobierno de Reino Unido, ha sugerido el establecimiento de un límite de cien días para el desarrollo de nuevas vacunas cuando surjan nuevas enfermedades y se ha comprometido a donar la mayor parte del excedente de suministro de vacunas de su país al programa Covax. La decisión final sobre la cantidad de dosis de donación y la fecha de las donaciones no será tomada, de todas formas, antes de finales de año, cuando haya sido completada la campaña de vacunación en Reino Unido. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha propuesto que los países del G7 envíen entre un 4% y un 5% de sus actuales suministros a las naciones más necesitadas, pero no ha habido un acuerdo concreto por el momento sobre determinado porcentaje. «Estamos viviendo una aceleración sin precedentes de la desigualdad global y también es políticamente insostenible porque está allanando el camino a una guerra de influencia internacional».
Merkel ha saludado, por lo demás, la vuelta del multilateralismo, consecuencia del relevo de Donald Trump en la mesa del G7 por Joe Biden. La canciller alemana ha hablado de «multilateralismo reforzado», tanto en la gestión de la pandemia como en el resto de asuntos que ocupan al influyente gremio. «De nuevo, el multilateralismo tiene más opciones dentro del G7», ha celebrado.