Agustín Martínez: el «macho alfa» de La Manada

Padre, golfista y lector de Murakami, el defensor de cuatro de los condenados se curtió en tribunales y platós de Sevilla

La Manada y la sentencia de el Supremo, en directo

La Manada condenada por el Supremo a 15 años por violación

EFE

Las tertulias de fútbol fueron la escuela escénica del abogado A gustín Martínez Becerra, quien, antes de defender a cuatro de los miembros de La Manada, salía en la televisión regional andaluza como apasionado hincha del Sevilla F. C. frente a antagonistas del Betis. Acaloradas disputas en las que se curtió hace más de 15 años, en programas como 'Con las botas puestas', donde ensayaba, con ágil labia, una retórica frente a las cámaras: alternar argumentos técnicos con menosprecios a su interlocutor. «Vosotros hacéis tal interpretación de la realidad que, a veces, es hilarante», decía en uno de estos programas.

Por su afición al Sevilla F.C. denunció a uno de sus presidentes, José Castro, y conoció a José María Aguilar, lugarteniente de la peña ultra 'Biris Norte', quien le pide representar a José Ángel Prenda. «Entendió que yo podía encargarme de la defensa. Me llamó un 9 de julio. Yo ni siquiera había visto las noticias», confirma Martínez Becerra, que se autodefine como un «humilde abogado de provincias» con un «pequeñito despacho» en una primera planta de una céntrica avenida de la ciudad, que comparte con su esposa, Manuela Martín, directora de Manel Detectives desde principios de los noventa. Un nexo que levantó sospechas cuando la defensa presentó un informe sobre la vida privada de la víctima. «La empresa de detectives la contrató el letrado Juan Canales. Quiero dejar perfectamente claro que mi mujer no tuvo ninguna participación. Pudimos haberlo hecho, pero no queríamos perder la imparcialidad. No era lógico que lo hiciera ella», explica.

Padre de una hija y un hijo, cuyas conversaciones de sobremesa prefiere mantener en la estricta intimidad, Martínez Becerra tiene «un trato exquisito» detrás de cámara, asegura una de las personas que ha coincidido con él, e incluso habla del caso con naturalidad. Está convencido de la versión que sostienen sus defendidos: no hubo violación .

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