La activista que denunció Valdecañas: «Sufrí acoso durante seis años, me pegaban mierdas en la puerta»

Francisca Blanco cree el futuro del complejo de lujo podría sentar un precedente

Francisca Blanco Maya Balanya

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La ecologista Francisca Blanco, a quien todos llaman Paca, llegó hace más de doce años a El Gordo (Cáceres) en busca de una casa para disfrutar en su vejez. La encontró, pero hoy, con 70 años, está en venta y no se plantea volver. «No podría vivir allí», dice. Porque mientras acondicionaba la casa en el pueblo, comenzó el proyecto de la Marina Isla de Valdecañas y no dudó en hacer todo lo posible para parar el complejo de lujo. Miembro de Ecologistas en Acción, denunció que la urbanización se encontraba en una zona de la Red Natura 2000 , con protección especial. Una decisión que le llevó a ser la persona menos querida del pueblo.

«Sufrí acoso durante seis años, aunque ya no me dicen nada, no se atreven», explica por teléfono desde Madrid. La ecologista cuenta que, antes de que llegara el complejo, iba a la zona de paseo porque «era un sitio precioso». «La gente del pueblo dice que allí no había nada, pero puedo demostrar que era un bosque mediterráneo , en el que paraban las aves» y que, además, «tiene la misma protección que Doñana».

«En los pueblos siguen esperando a que venga Mister Marshall a salvarte, pero no va a venir nadie. A lo que vienen es a llevárselo todo », asegura Blanco, que insiste en que hicieron «todo lo posible» por parar las obras. «Era una urbanización en tres fases y paramos dos , y hoy solo son esqueletos». Para Blanco, ahora hay que demoler lo que queda o, al menos, desmantelar el complejo, reciclando todo lo reciclable. «La Marina puede sentar un precedente», asegura, porque «tras arrasar la costa», los promotores van «a por el interior».

Sin embargo, su causa contra la construcción le valió que le «pegaran mierdas en la puerta» de su casa, o que una noche le tiraran «cócteles molotov». «Tengo fotos», advierte. Entre los lugareños, en cambio, genera auténtico enfado mentar su nombre: aseguran que fueron «petardos» tirados por los niños del pueblo, «incluyendo a su nieto» y que la mujer intenta vender su casa anunciándola con el reclamo de la isla de Valdecañas que tanto critica.

«Todo esto se podría haber evitado» , resume por su parte Ángel García Calle, abogado y actual coordinador de Ecologistas en Acción de Extremadura. Porque, según explica, el primer recurso se puso cuando no se había puesto ningún ladrillo. «Llevamos 12 años de especulación».

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