Una «abuela coraje» se niega entre lágrimas a dejar a su nieta en un centro de menores
«La niña y yo nunca nos hemos separado y me la quiere quitar la Junta», afirma Santa Gándara, que se la llevó de nuevo a su casa tras acudir al Jardín del Sauce de Cáceres
La pequeña Raquel jugaba ayer por el Nuevo Cáceres con su maleta roja a las cinco de la tarde. Acera arriba y abajo, a sus cuatro años parecía totalmente ajena al drama que se cierne a su alrededor. Su abuela paterna, Santa Gándara, cogía con su mano derecha una infusión que le prepararon para calmar los nervios. Había recorrido los 108 kilómetros que separan Cabezuela del Valle de la capital cacereña junto a varios amigos y familiares.
Fue el viaje más triste, el que la administración le obligaba a hacer en una resolución de la Consejería de Sanidad del pasado día 26. En ella se declara «el cese del permiso de convivencia» de la niña con la abuela y se ordena su ingreso en el centro de acogida El Jardín del Sauce, de Cáceres, junto a su hermano. A las puertas del mismo, en la calle Juan Solano Pedrero, se multiplicaban las lágrimas.
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