El aborto selectivo de niñas desequilibra la relación de sexos al nacer en doce países
Solo en 2017 China evitó el nacimiento de 800.000 niñas y la India de 671.000
No importa la época ni el país. En cualquier lugar del planeta, es mucho más probable que muera un hombre que una mujer. Lo hace por razones naturales pero también por accidentes, heridas, violencia y guerras. Por ello, la evolución humana ha forzado el nacimiento de más niños que niñas para garantizar un correcto equilibrio de sexos. Pero la práctica de aborto selectivo de niñas que han realizado algunos países ha alterado el equilibrio natural en las últimas décadas, según demuestra un estudio que publica la revista «Proceedings».
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El deseo de tener hijos varones y la aparición de las técnicas de ecografía que permiten conocer el sexo del bebé han disparado la interrupción de gestaciones de niñas en muchos países asiáticos. Solo en China hubo 800.000 abortos en un año y en la India 671.000 . Estos datos corresponden a 2017, el último año que recoge esta investigación.
Desequilibrio en doce países
Los investigadores de Naciones Unidas, la Universidad de Singapur y la de Massachusetts estudiaron datos de 200 países de todo el mundo durante casi setenta años, entre 1950 y 2017. Lo hicieron analizando registros civiles, censos y encuestas de todos los países evaluados. Su conclusión es que la preferencia por los hijos varones provocó un desequilibrio claro en doce países: India, China, Albania, Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Hong Kong, Corea del Sur, Montenegro, Taiwán, Túnez y Vietnam.
En esos casi cuarenta años, en todo el mundo hubo 23,1 millones de abortos selectivos de niñas, la mayoría se registraron en China, con 11,9 millones y en India, con 10.6 millones. Según los autores, los resultados demuestran la necesidad de rastrear la proporción de sexos al nacer y sus variaciones naturales en todo el mundo.
Preferencia por el varón
Los investigadores atribuyen el desequilibrio en la tasa de nacimientos por sexo a tres factores: a la preferencia natural de las sociedades por los hijos, a la accesibilidad cada vez mayor a la interrupción de la gestación y a la disminución de la fecundidad en todo el mundo.
El estudio concluye que el aborto se ha convertido en un medio para que las familias numerosas no se queden sin tener descendencia masculina.
En los países donde no existe esta predilección por el varón, nace una proporción de 105 nacimientos masculinos por cada 100 femeninos. Esta es la ratio que se considera natural y normal. Esta ratio por lo general se repite a nivel mundial, salvo en países como India o China. En el gigante asiático, probablemente con la desaparición de la política del hijo único cambie la tendencia. Tener una hija cada vez es un objeto de deseo mayor, pero para que se equilibre el ratio aún habrá que esperar unos años.