85 años después, Alemania vuelve a intentar un trasplante de útero
El doctor Matthias Beckmann del hospital universitario de Erlangen ha anunciado los planes del centro de realizar un trasplante de útero a pesar de los riesgos
El primer transplante de útero realizado en España
La pintora transexual danesa Lili Elbe –cuya historia recogió Tom Hooper en su película «La chica danesa» protagonizada por Eddie Redmayne – fue la primera persona en recibir un transplante de útero en Alemania. Elbe murió en 1931 al rechazar el órgano trasplantado pero después del descubrimiento de la fertilización in vitro en 1978, este tipo de intervenciones se hicieron muy escasas. Ahora, después de 85 años, Alemania quiere volver a intentarlo .
Un equipo de ginecólogos del hospital universitario de Erlangen que dirige el doctor Matthias Beckmann ha anunciado los planes del centro para realizar el trasplante. Es un procedimiento que conlleva riesgo advierte Beckmann, tanto para el donante, como para el receptor y el futuro bebé. El ginecólogo cree sin embargo, que el riesgo es manejable y que vale la pena tener un hijo propio de manera legal. De manera legal, ya que Alemania no permite ni la gestación subrogada ni la donación de óvulos.
«Yo no soy de tomar riesgos, pero la actual legislación obliga a las alemanas a la ilegalidad», recuerda Beckmann en el semanario Spiegel agregando que «a esas mujeres no es posible ayudarlas en Alemania» y que es necesario actuar de manera completamente distinta. Que los transplantes son posibles y que pueden nacer de ellos bebés sanos ya lo ha demostrado el ginecólogo sueco Mats Brännström quien trasplantó un útero con éxito en 2013 y un año después ayudó a dar a luz al primer bebé engendrado bajo este procedimiento.
Entretanto ya han nacido cinco bebés de úteros transplantados. Pero los intentos han sido muchos más : en marzo de este año, una clínica de Cleveland, en Estados Unidos, tuvo que retirar de una mujer un útero por complicaciones. Iba a ser el primer transplante de útero en Estados Unidos. A diferencia del caso sueco, el centro estadounidense –que tiene planeados otros 9 trasplantes–, decidió utilizar órganos de donantes fallecidos para no poner en riesgo a los donantes vivos.
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