Las 1.239 cruces del cementerio que honra a un bosque catalán arrasado por las llamas
El artista Marc Sellarés levantó una cruz por cada hectárea quemada. La efímera obra se despide en el primer aniversario del incendio
![El «Bosc de les creus» (bosque de cruces)](https://s3.abcstatics.com/media/sociedad/2016/07/26/cruces-bosque-sellares-kxLI--620x349@abc.jpg)
En el bosque de Sant Salvador de Guardiola, cercano a la región de El Bruc, un pueblo rural en Cataluña, se alza la obra de Marc Sellarés, licenciado en Bellas Artes y bombero en Barcelona. En julio del pasado año, un terrible incendio acabó con la zona situada entre las localidades de Anoia y Bages. Este artista decidió entonces recordar la tragedia y homenajear al que una vez fue un lugar lleno de vegetación y vida convirtiendo en cruces 1.239 árboles de todos los que se extinguieron a causa de las llamas hace justo un año, uno por cada hectárea desaparecida.
En el primer aniversario de esta obra efímera, Sellarés dice adiós al curioso paisaje de casi seis hectáreas que creó durante tres semanas, recogiendo las ramas de los pinos calcinados y clavándolas en los troncos que aún se erigían en el bosque de Sant Salvador de Guardiola. Tras participar como voluntario en la extinción del fuego que provocó el desalojo de 800 personas, Sellarés relata en su página web que este proyecto «nace de la necesidad de exteriorizar mis sentimientos contra el paisaje de mi pueblo , desolado por el incendio forestal el 26 de julio de 2015 iniciado en el municipio de Òdena».
«Hoy se cumple el primer aniversario de aquel incendio, y hoy he acabado el proyecto », ha declarado esta mañana en la ceremonia. El autor describe en su web su obra como «un bosque de esqueletos negros que recordaban las imágenes de los campos de cruz de Normandía erigidos como un homenaje a los combatientes aliados allí caídos durante la Segunda Guerra Mundial».
Sin más ayuda que la de sus propias manos, trabajando con una escalera para llegar a los troncos -que en ocasiones alcanzan los 12 metros-, clavos, una sierra y un martillo, ha hecho de un bosque desolado una obra que ha alcanzado la fama internacional.
«Convertir los árboles en cruces es como un ritual de duelo por el bosque y, como un duelo dura un año, hoy instalo la última cruz», ha explicado.
Sellarés asegura estar deseoso por repetir la experiencia y continuar transformando zonas desérticas por el paso de las llamas , en obras de arte como la que hoy ha llegado a su fin.
Fama internacional
Numerosos medios locales se hicieron eco del «Bosc de les creus», que incluso albergaba excursiones y visitas guiadas por centros escolares como una forma de concienciar a los más pequeños de los problemas de la desertización y las consecuencias del fuego.
La indiferente estampa que deja el bosque también ha servido de inspiración para fotógrafos como Tomás Muñoz, Oriol Mas, Danny Gibert, Sònia Chaves, Francesc X. Sbater, Josep M. Vintró, Marta Breto o Albert Homs; y se han impartido dos cursos de fotografía nocturna.
También ha sido escenario de videoclips como el del grupo «Skandal Jackson» o del artista Toni Martínez, y del cortometraje «One By One» de la productora RAW.
El trabajo de Sellarés traspasó fronteras cuando la AFP expandió la noticia a nivel internacional y, más tarde, apareció en la portada de The Wall Street Journal en su edición europea. Siendo publicado en casi todos los países de Europa, ha llegado a ser noticia en los cinco continentes .
«Land Art»
La obra de Sellarés se enmarca dentro de la corriente del arte contemporáneo conocida como «Land Art», consistente en la producción de arte en un paisaje , alterándolo para conseguir producir el máximo de sensaciones en el público.
Este movimiento artístico comenzó en la década de los años 60, como una forma de plasmar la relación entre el individuo y su entorno, reivindicando el dolor que provoca la destrucción del medio y del clima.
Para la producción de sus obras, se utilizan los materiales disponibles en la naturaleza, y suelen estar situadas en el exterior, por lo que están sujetas al deterioro producido por el medio, convirtiéndose en efímeras y formando parte del propio entorno.
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