Cardenal Sistach: «La preparación al matrimonio lleva, a veces, a descubrir que los novios no están hechos el uno para el otro»

El Sínodo de la Familia propondrá un mayor papel de los matrimonios veteranos como asesores de los jóvenes

Cardenal Sistach: «La preparación al matrimonio lleva, a veces, a descubrir que los novios no están hechos el uno para el otro» afp

juan vicente boo

Cuando el Sínodo de la Familia entra en la recta final, el cardenal Lluis Martinez Sistach se ha manifestado muy satisfecho de la asamblea porque «se ha conseguido un clima de ‘sinodalidad’, hemos ‘caminado juntos’ en los sesiones plenarias y, sobre todo, en los grupos lingüísticos».

En una conferencia de prensa en el Vaticano, el cardenal de Barcelona hizo notar el consenso de los 270 padres sinodales de todo el mundo en que «los cristianos se casan para ser felices, para constituir una comunidad de vida y amor, para tener hijos… y hay que ayudarles a que todo eso se realice».

La experiencia aportada por los dieciocho matrimonios participantes ha ayudado a dejar claro que la ayuda externa es esencial y, según el cardenal Sistach, en el Sínodo «se ha hablado mucho de la preparación al matrimonio, que es importantísima». No basta con un cursillo acelerado en el último minuto, sino que «la preparación remota debe comenzar con los adolescentes y jóvenes».

La preparación próxima, según el arzobispo de Barcelona, tiene que ser muy profunda, de modo que «en el noviazgo, es posible que los novios concluyan que no son el uno para el otro, y cada uno decida construir su vida con otra persona».

En la conferencia de prensa conjunta, el cardenal sudafricano Wilfrid Napier, arzobispo de Durban, añadió que una de las causas del fracaso de tantos matrimonios católicos en Occidente es la escasa atención a la preparación religiosa y humana para el sacramento.

La ayuda de la experiencia

Según Napier, «ese proceso debe ser una ayuda para discernir la propia vocación. La vocación matrimonial no es una tercera opción después del sacerdocio o la vida religiosa, sino una primera vocación cristiana, que se debe vivir como tal».

El cardenal sudafricano mencionó también el problema de «los matrimonios que entran en crisis al sexto o séptimo año» y que «necesitan acompañamiento, pero no tanto del sacerdote como de otras parejas que les ayuden a superar las dificultades».

Este aumento del protagonismo y la responsabilidad de los matrimonios cristianos veteranos, fogueados en resolver problemas externos y problemas de pareja, es uno de los puntos cada vez más claros en un Sínodo que, al mismo tiempo, agradece al Papa la simplificación de los procesos de nulidad.

El cardenal Sistach, experto en Derecho Canónico, aseguró que la simplificación introducida recientemente por el Papa Francisco «armoniza plenamente la fidelidad a la indisolubilidad del matrimonio y la misericordia de la Iglesia».

A partir del miércoles, el trabajo del Sínodo se concentrará en redactar, revisar y votar, artículo por artículo, la Relación Final, una especie de «acta» de las deliberaciones de los 359 participantes –incluidos los expertos, observadores y delegados fraternos de otras Iglesias cristianas- , que ponga todo ese material a disposición del Papa Francisco , a quien muchos piden un nuevo documento magisterial sobre la familia.

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