El Papa saluda uno por uno a un centenar de presos en la cárcel de Filadelfia

«Todos tenemos necesidad de ser purificados, de ser lavados»

El Papa saluda uno por uno a un centenar de presos en la cárcel de Filadelfia efe

juan vicente boo

En un emotivo encuentro con un centenar de presos y presas en la mayor cárcel de Filadelfia, el Papa Francisco conmovió a todos bajando a saludar personalmente a cada uno y cada una después de haberles dirigido la palabra desde una pequeña tarima. En la misma sala, Francisco saludó también a funcionarios y guardias de la prisión así como a algunos familiares de los diversos grupos presentes.

Las mujeres ocupaban más bien las primeras filas y eran menos que los hombres. Lo curioso es que la mayoría de los presos eran blancos , a pesar de que el sistema carcelario en Filadelfia y muchas ciudades acoge sobre todo a negros, cuya situación económica y social es más dura.

Los hombres miraban al Papa con rostro serio, mientras que en el de las presas se notaba cariño . Probablemente estaban conmovidas al ver que, después de hablar ante el Congreso americano y las Naciones Unidas, Francisco se hubiese desplazado a la prisión de Curram-Fromhold para visitar también a personas de vida irregular.

Entre los presentes había reclusos que están cumpliendo condenas por homicidio, violación o narcotráfico, pero que tiene derecho a una segunda oportunidad si deciden comportarse en delante de otro modo.

Francisco les dijo que había venido a visitarles «sobre todo como hermano, para compartir su situación y hacerla también mía. Para que podamos rezar juntos y presentarle a nuestro Dios lo que nos duele y también lo que nos anima».

Con enorme respeto, les comentó que Jesús había lavado los pies a sus discípulos y que « vivir supone ensuciarse los pies por los caminos polvorientos de la vida, de la historia». Incluyéndose a sí mismo afirmó que «todos tenemos necesidad de ser purificados, de ser lavados», y esa es la responsabilidad social de la justicia.

Por eso resulta «doloroso constatar sistemas penitenciarios que no buscan curar las llagas, sanar las heridas , generar nuevas oportunidades», olvidando que el dolor y las heridas de los presos «son también el dolor y las heridas de una sociedad».

Al final de sus palabras volvió a insistir en que «todos tenemos algo de que ser limpiados» y les invitó a «mirar a Jesús, que nos lava los pies». Les dijo que « Jesús es el camino , la verdad y la vida, que viene a sacarnos de la mentira de creer que nadie puede cambiar».

Como despedida, el Papa dio a todos la bellísima bendición de la Biblia, tomada del Libro de los Números , que ha repetido estos días: «Que el Señor les bendiga y les proteja, haga brillar su luz sobre ustedes…y les consiga la paz».

Los nueve días de viaje agotador del Papa por Cuba y Estados Unidos están llegando a su fin. El programa de la tarde del domingo incluye la misa de clausura del Encuentro Mundial de las Familias y un encuentro de despedida con los patrocinadores y voluntarios que lo han hecho posible.

Tras ser despedido en el aeropuerto por el vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden , el Santo Padre emprenderá el viaje de regreso durante toda la noche para aterrizar en Roma el lunes a las 10 de la mañana.

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