Las opiniones del Papa dividen a la clase política norteamericana
Críticas a Francisco por no cuestionar al castrismo ni entrevistarse con la disidencia
El carácter pastoral de la visita del Papa a Estados Unidos no ha impedido que la política acapare una parte de la expectación. Al malestar con que sectores conservadores han recibido las opiniones de Francisco en asuntos como el cambio climático, la economía de mercado y el consumismo, se sumaban ayer algunas críticas a su silencio en La Habana ante la represión de la disidencia a manos de la dictadura castrista. En plena refriega electoral entre los aspirantes republicanos, la presencia y los mensajes del Papa no van a pasar desapercibidos.
Es cierto que las celebraciones religiosas, en especial la misa de canonización del beato franciscano español Fray Junípero Serra, protagonizarán la actividad de Francisco en la capital estadounidense, que será seguida en vivo por decenas de miles de fieles. Pero algunos de sus posicionamientos previos han hecho que las visitas a la Casa Blanca (este martes) y al Congreso (el miércoles) adquieran más interés. Y más cuando se ha hecho evidente un apoyo de los demócratas y un cuestionamiento de buena parte de los republicanos.
Barack Obama , más en sintonía con las palabras de Francisco , se ve reforzado por su llamada a combatir el daño del hombre al cambio climático, un mensaje que ha sido uno de los ejes del mandato del presidente norteamericano. Mientras, los republicanos consideran catastrofista la acusación del Papa a la mano del hombre y a las empresas de destruir la Naturaleza. Incluido el moderado aspirante y ex gobernador Jeb Bush, quien recomendó recientemente a Francisco que dedicara su esfuerzo a «hacer mejores a las personas».
La presencia del Papa en el Congreso no resulta baladí, teniendo en cuenta que son los republicanos quienes controlan la mayoría en ambas cámaras. Después de una entrevista con el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, Francisco se dirigirá al plenario con un discurso en inglés.
Los principales editoriales de dos de los grandes periódicos norteamericanos reflejaban ayer, aunque con argumentos diferentes, el malestar instalado en parte del «establishment» norteamericano con las declaraciones y actitudes del Papa. El neoyorquino Wall Street Journal salía al paso de las continuas críticas del Pontífice a los excesos de la economía de mercado y se preguntaba si no corre el riesgo Francisco de convertirse « más en un líder político que espiritual ». En una defensa del que llamaban «exitoso» sistema capitalista, el diario ponía en contraste Cuba y el país de origen de Francisco, Argentina, como modelos de falta de libertad (económica en el caso argentino), con Estados Unidos, un país que «ha prosperado gracias a la protección de los derechos y las libertades individuales». Y, con el mensaje de que «quizás América y el Papa pueden aprender uno del otro », recordaba al Pontífice que los estadounidenses y la iniciativa privada de las empresas «aportan más a los países en vías en desarrollo que sus propias instituciones».
Más contundente aún era ayer el recibimiento del Washington Post, de tendencia menos conservadora, con la falta de críticas del Papa al régimen de Castro en su recién terminada visita a Cuba. En un duro editorial titulado «Difiriendo a los Castro», el diario de la capital norteamericana reprochaba al Papa no haber tenido una palabra o un gesto con la disidencia cubana durante su estancia en la isla, donde «se sigue deteniendo a sus miembros, incluso algunos de ellos cuando intentaban acceder a la masiva celebración del Pontífice». En cambio, apuntaba, el Papa «sí tendrá tiempo para visitar a encarcelados en Estados Unidos».
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