Cuba espera a «su» Papa
Ahora hay más libertad, más presencia de la Iglesia en los medios estatales de comunicación pero, sobre todo, más presencia de Francisco
Decenas de millares de cubanos que nunca han ido a misa o ni siquiera son cristianos, escucharán con cariño las homilías del Papa en La Habana, Holguín y Santiago de Cuba. Cantarán, reirán y quizá también llorarán de emoción –como sucedió el pasado mes de julio en Ecuador, Bolivia y Perú– pues Francisco no sólo habla su idioma sino, sobre todo, el lenguaje del corazón .
La petición de apertura mutua entre Cuba y el mundo, lanzada por san Juan Pablo II en 1998, ha tardado en llegar pero, finalmente, está aquí. Y tanto Raúl Castro como Barack Obama se la han agradecido a la mediación de Francisco aunque éste, en su estilo habitual, dice que no ha sido mérito suyo.
Pero la diferencia con las visitas del Papa polaco en 1998 y del Papa alemán en 2012 no es sólo que Francisco habla su idioma y ha facilitado el paso final de la apertura al mundo.
El clima respecto a la Iglesia católica ha cambiado por completo. Ahora hay más libertad y más presencia de la Iglesia cubana en los medios estatales de comunicación. Pero hay, sobre todo, más presencia de Francisco, a quien los cubanos ven como «su» Papa.
Por otra parte, los medios católicos empiezan a tener libertad, y es probable que el gobierno anuncie en breve una amnistía con motivo del viaje papal.
En Cuba, empieza a notarse esperanza. El cambio es lento, es cierto, pero, al cabo de medio siglo, el país empieza a moverse en el buen camino . Y de modo pacífico; el gran objetivo de los tres Papas que se han volcado con esa maravillosa isla.
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