«Los transexuales no llevamos una vida inadecuada»
Alex Salinas, al que el Obispado de Cádiz le ha negado la autorización para ser padrino de su sobrino, se muestra decepcionado con la Iglesia
Alex Salinas, el transexual de San Fernando (Cádiz) al que el Obispado de Cádiz y Ceuta ha negado ejercer de padrino en el bautizo de su sobrino , decidió ha decidido apostatar porque la Iglesia católica le ha «demostrado» que no lo quiere.
«No quiero saber nada de la Iglesia» , ha dicho en una entrevista con EFE este joven de 21 años que piensa «seguir luchando» para que él futuro sea distinto para los transexuales.
« Los transexuales no llevamos una vida inadecuada, no estamos en un cuerpo equivocado , solamente nacemos con un cerebro diferente al cuerpo que tenemos», explica Alex Salinas.
Este joven, que nació como una niña y ya tiene DNI de hombre, recibió ayer por la tarde una llamada del Obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, en la que le comunicó la imposibilidad de que ejerciera, como era su deseo, de padrino de bautismo de su sobrino.
Recibió la llamada cuando iba con su hermana a la parroquia de su localidad natal para fijar la fecha del bautizo, después de que el pasado 7 de agosto el párroco le comunicara que el obispo, tras la intensa polémica suscitada por su caso, había dado el permiso que en un principio había denegado.
Ser buen cristiano
«Me dijo que había hablado directamente con Roma y que si Roma dice que no, es que no », cuenta Alex Salinas. Después le preguntó si era «buen cristiano» y él, ya enfadado, le dijo: «cómo puedes decirme si soy un buen cristiano, cuando ustedes no lo están siendo conmigo».
Casi al mismo tiempo se enteró de que el Obispado había emitido a los medios un comunicado explicando su decisión: « En resumen, que no puedo ser padrino por ser transexual , ni yo ni ninguno», dice mientras asegura que él, su familia y los colectivos y organizaciones que le han apoyado en este tiempo se sienten «engañados».
Él ya no quiere saber «nada de la Iglesia» y su hermana ha decidido que no bautizará a su niño . «Hasta mi madre quiere apostatar, le he dicho que pare el carro, pero vamos que no vamos a ir a la Iglesia más, ni a bodas, ni a bautizos ni a comuniones».
Pero sí le han quedado ganas de seguir luchando «por la gente que me dio las gracias el 7 de agosto», sobre todo «niños pequeños que iban a hacer la comunión este año. Ya no la harán, porque esos niños de 7 u 8 años para la Iglesia llevan una vida incongruente con la fe».
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