Reinventarse para salir adelante

No son pocos los jóvenes que, atraídos por el mundo laboral a una edad temprana, decidieron aparcar su formación para intentar llevar un sueldo a casa. Muchos de ellos, que vieron en la construcción y en sectores similares una alternativa de futuro estable, se toparon años después con el estallido de la burbuja inmobiliaria y con una realidad cruel que había terminado para siempre con sus planes.

Para intentar enmendar la situación la Liga Española de la Educación y la Cultura Popular ha puesto en marcha un proyecto que, apoyado por Obra Social «la Caixa» , ayuda a miles de jóvenes a reinventarse y a sentirse capaces de escoger un nuevo camino. Solo durante el año 2014 este exitoso programa de integración juvenil prestó ayuda a casi cuatro mil personas en esta situación.

Los objetivos del proyecto, indican a ABC miembros del colectivo, pasan por incrementar los niveles de empleabilidad de chicos con pocos recursos y escasa motivación por el estudio así como por proporcionarles orientación laboral. La asociación, además, lucha por incrementar las habilidades sociales , necesarias para acceder a un puesto de trabajo.

Los jóvenes a los que la Liga Española de la Educación y la Cultura Popular presta su ayuda son, en su mayoría, personas con dificultades tales como problemas familiares , fracaso escolar o mala conducta , entre otros muchos. Sin embargo, la labor del colectivo no solo se centra en buscar una salida laboral a estos jóvenes sino también en proporcionarles las aptitudes necesarias para que sean ellos quienes construyan su propio camino. Se trata, indican desde la asociación, de «reconstruir su capacidad y actitud ante el aprendizaje tomando el empleo como principal motivación ».

La elevada tasa de paro juvenil así como la escasa financiación son los dos grandes escollos que el colectivo encuentra en su lucha diaria. «La mayoría de las poblaciones sufren un alto nivel de desempleo por la situación de determinados sectores tras la crisis económica , como es el caso de la construcción». Fueron muchos, recalcan, «quienes abandonaron sus estudios atraídos por un trabajo en este sector y para quienes ahora es prioritario renovarse en términos profesionales ».

La tarea no siempre es fácil. «En muchos casos nos encontramos con chicos que presentan un sentimiento general de apatía , algo a lo que hay que añadir los problemas de la edad que, en ocasiones, pueden llevar a rondar situaciones de riesgo social». Desde la asociación, no obstante, son optimistas: «El trabajo tiene un lado amargo, sobre todo cuando te percatas de las enormes carencias de muchos los jóvenes que acuden a nosotros, pero también es gratificante ver cómo, poco a poco, adquieren competencias y mejoran en su motivación por los estudios».