Las frases más inolvidables del Papa clamando por la paz
Desde el inicio de su Pontificado, siempre se ha pronunciado sobre guerras y ha promocionado la paz entre países
Desde el inicio de su Pontificado, siempre se ha pronunciado sobre guerras y ha promocionado la paz entre países
1
«Respetémonos y amémonos los unos a los otros como hermanos y hermanas»
El próximo 9 de octubre se dará a conocer el nombre del ganador del Nobel de la Paz de este año 2015. El premio se atribuye a «la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz».
Y, es imposible no pensar en la figura del Papa Francisco para esta candidatura por su labor por la paz durante estos años de Pontificado.
Por poner solo algunos ejemplos, en su viaje a Jerusalén, Francisco instó a judíos, cristianos y musulmanes a dialogar tras visitar lugares emblemáticos para las tres religiones monoteístas: cristiana, judía y musulmana, y condenar el Holocausto nazi.
«Respetémonos y amémonos los unos a los otros como hermanos y hermanas», concluyó el papa durante su última jornada de visita a Tierra Santa.
2
El Papa a Peres y Abbas: «La paz necesita más valor que la guerra»
Tras el reiterado fracaso tanto de las armas como de las negociaciones para lograr la paz en Oriente Medio, el Papa Francisco abrió una vía nueva reuniendo a los presidentes de Israel, entonces, Simón Peres y el de Palestina, Mahmoud Abbas para rezar en un mismo lugar.
Los dos presidentes se daban un primer abrazo en Casa Santa Marta, la residencia del Papa.
En aquella ocasión, Francisco dejó memorables frases: «Debemos responder a la llamada a romper la espiral del odio y la violencia, a doblegarla con una palabra: ‘hermano’. Pero para decir esa palabra, todos debemos levantar la mirada al cielo, y reconocernos hijos de un mismo Padre».
El Papa dijo a los dos presidentes que «vuestra presencia es un gran signo de fraternidad, que hacen como hijos de Abrahán, y expresión concreta de confianza en Dios , Señor de la historia, que hoy nos mira como hermanos uno de otro y desea conducirnos por sus caminos».
El Santo Padre lamentó que «demasiados hijos han caído víctimas inocentes de la guerra» y pidió «que su memoria nos infunda la fuerza de perseverar en el dialogo a toda costa », ya que «para conseguir la paz se necesita mucho más valor que para hacer la guerra».
3
El Papa Francisco pidió a Putin «un esfuerzo sincero y grande» por la paz en Ucrania
El Papa Francisco tampoco olvidó Ucrania. En su encuentro con Vladimir Putin de este año, regaló al presidente ruso un medallón al tiempo que le explicaba: «es el Ángel de la Paz , que supera todas las guerras y habla de solidaridad entre los pueblos».
La entrega del mismo medallón regalado en marzo del 2014 al presidente Barack Obama y al presidente palestino Mahmoud Abbas , resumía el mensaje principal del Papa durante una entrevista que, según el Vaticano, «se dedicó principalmente al conflicto en Ucrania y la situación en Oriente Medio».
El comunicado señala que sobre Ucrania, «el Santo Padre afirmó que es necesario empeñarse en un esfuerzo sincero y grande para realizar la paz». Tanto el Papa como Putin coincidieron en «la importancia de reconstruir un clima de diálogo y que todas las partes se esfuercen por llevar a la práctica los acuerdos de Minsk».
Respecto a Ucrania, el Papa insistió en aquél momento también en la necesidad de «hacer frente a la grave situación humanitaria , asegurando el acceso de los agentes humanitarios y la contribución de todas las partes a una distensión progresiva en la región». En cuanto a Oriente Medio, el comunicado del Vaticano reflejó que «respecto a los conflictos en Siria e Irak se confirmó sustancialmente el acuerdo en la urgencia de promover la paz con la participación concreta de la comunidad internacional, asegurando entretanto las condiciones necesarias para la vida de todos los componentes de la sociedad, incluidas las minorías religiosas y en particular los cristianos».
4
El Papa clamó por la paz en Siria, Irak, Nigeria y la República Centroafricana
En un mensaje de Navidad. Con un familiar «queridos hermanos y hermanas del mundo entero, ¡feliz Navidad!», el Papa Francisco inició su primer mensaje navideño desde que fue nombrado Papa pidiendo fuerza la paz en Siria, República Centroafricana, Sudán del Sur, Nigeria y otros países. Ese día, pocas horas antes, la explosión de una bomba frente a la iglesia de la Virgen María en Bagdad que había causado al menos catorce muertos, llevó al Papa a implorar: « Tú, Señor de la vida, protege a cuantos sufren persecución a causa de tu nombre ».
Aunque era un mensaje formal, el Papa añadió comentarios al margen del texto en varias ocasiones como, por ejemplo «invito también a los no creyentes a desear la paz», o un tierno «dejemos que nuestro corazón se conmueva».
El Papa afirmó entonces que la guerra en Siria «ha destrozado demasiadas vidas, y generado odios y venganzas». Por eso pidió que «sigamos rezando al Señor para que el amado pueblo sirio se vea libre de más sufrimientos y las partes en conflicto pongan fin a la violencia y garanticen el acceso a la ayuda humanitaria».
Refiriéndose al proyecto de bombardeo americano a principios de septiembre, el Papa recordó que «hemos podido comprobar la fuerza de la oración. Y me alegra que hoy se unan a nuestra oración por la paz en Siria creyentes de diversas confesiones religiosas».
Pidió también a Dios que conceda la paz «a la República Centroafricana, a menudo olvidada por los hombres», cuyos habitantes sufren «una espiral de violencia y de miseria». Rezó igualmente por Nigeria, «lacerada por continuas violencias que no respetan ni a los inocentes ni a los indefensos». De modo especial rogó a Jesús, Príncipe de la Paz, «por la tierra que elegiste para venir al mundo, y haz que lleguen a feliz término las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos ». Le pidió también sanar «las heridas de la querida tierra de Irak, azotada todavía por frecuentes atentados».
La paz es resultado de un esfuerzo activo, por eso invito «a construirla cada día en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestras ciudades y naciones, en el mundo entero».