Cómo pasar un día de playa saludable

Según los expertos, los riesgos que conlleva la playa, el sol y las actividades al aire libre pueden transformarse en beneficios si se siguen los consejos adecuados

Cómo pasar un día de playa saludable efe

patricia García ÁLvarez

El cuerpo necesita bañarse por dentro tanto o más que por fuera. La importancia de una buena hidratación no se limita únicamente a los meses estivales, pero sí es una época en la que se suda más y es necesario equilibrar los niveles de líquido en el cuerpo . Lo mejor para hidratarse es el agua, y la cantidad adecuada para una jornada de calor intenso es de dos o tres litros repartidos a lo largo del día. El zumo, los refrescos, los batidos o las infusiones también sirven para mitigar la sed y cumplir con el ritual de la buena hidratación. Si además se practica ejercicio físico, conviene tomar bebidas isotónicas para reponer las sales que se pierden al sudar.

Nutrición

En cuanto a la alimentación, se debe seguir una dieta rica en antioxidantes -frutas y verduras-, que potencian la función protectora de las células de la melanina y «evitan que los rayos ultravioleta las maten», según explica el nutricionista Félix Ruiloba .

La conservación de los alimentos en un lugar fresco es imprescindible para que el estómago no sufra y podamos dar fin a nuestras vacaciones con la salud renovada. Así que la nevera debería convertirse en un complemento playero más. «Debido a las altas temperaturas de la playa, conviene evitar alimentos que contengan huevo o mayonesa » y «hacer siempre un buen desayuno» ya que con el estómago vacío aumenta el riesgo de sufrir mareos.

Cómo tomar el sol

Es habitual llegar a la playa, extender la esterilla y la toalla y tumbarse durante un largo tiempo para conseguir el ansiado bronceado. Sin embargo, es mucho más saludable tomar el sol mientras estamos en movimiento o incluso bañándonos , ya que el contraste del calor con el agua fría tiene efectos terapéuticos y favorece -entre otras cosas- la buena circulación evitando la aparición de varices.

No es recomendable permanecer inmóvil al sol durante más de 15 minutos seguidos . Aún así, no debemos olvidar que el mar refleja la luz solar y es más fácil sufrir quemaduras a pesar de la ausencia de sensación de calor. De la misma forma, conviene evitar los paseos por la orilla en las horas centrales del día.

Picaduras de medusa

Estos animales poseen unas células llamadas cnidocistos que actúan como una especie de «microjeringas» e inyectan sustancias tóxicas, las cuales utilizan para alimentarse y defenderse.

Aunque son dolorosas no tienen por qué revestir complicaciones. Esther Martín , recomienda « no frotar la zona afectada , retirar -con protección- si quedase algún resto del animal y aplicar hielo evitando el contacto directo con la piel». Existen remedios caseros que alivian el malestar, como «aplicar vinagre o amoniaco mezclado con agua del mar al 50 por ciento», asegura.

Deporte sin riesgo de lesiones

Para muchos, el descanso también va asociado con el deporte, ya que al fin y al cabo se trata de otra forma de liberar la tensión acumulada. La playa es un buen lugar para practicarlo de forma saludable, pero lejos de la polución urbana también conviene seguir unas pautas para que el beneficio no se vuelva en contra .

José Santos , secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Madrid , aconseja evitar caminar por la arena blanda y hacerlo por la orilla , donde es más dura y la superficie más llana. Estos paseos aportan un mejor funcionamiento del sistema cardiovascular gracias al contacto de los pies con la arena, ya que se renueva el flujo sanguíneo y se previene la hinchazón de los tobillos y la aparición de varices.

Por el contrario, si se va a practicar «barefoot running» -lo que se traduce simplemente como «correr descalzo»- Santos explica que «lo ideal es utilizar zapatillas porque nuestro pie no está adecuado al impacto descalzo sobre la arena». Asimismo, no recomienda hacerlo todos los días ya que «puede provocar sobrecarga en los músculos y articulaciones produciendo lesiones en las rodillas ».

Además de estas dos cotidianas actividades, existe un amplio abanico de posibles deportes que practicar tanto dentro como fuera del mar. En estos casos es importante cuidar los elementos de seguridad que pueden salvar una mala caída. El impacto con el agua ocasiona graves lesiones en el cuello. «Tirarse al mar desde una altura elevada es muy peligroso, subraya Santos, «y no solo al hacerlo de cabeza». Al contrario de lo que se piensa, un impacto del pie contra el fondo marino también puede acarrear consecuencias graves .

Según la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), el 11% del total de lesiones medulares se deben a actividades deportivas estivales, y un 5% a una «mala zambullida». Pecar de experimentado conocedor de la zona es un error, ya que «no sabemos como puede haber cambiado el fondo marino».

La luz solar como beneficio

Sin duda, estará aburrido de oír los mismos consejos que año tras año repiten los dermatólogos para protegerse del sol: nunca se exponga al sol entre las 12 del mediodía y las 17 horas, utilice siempre protección solar con indices superiores a 30, aplíquelo siempre unos 30 minutos antes de ir a la playa para que la piel lo absorba y repita la aplicación siempre después de cada baño. Lo que quizá conozca menos es que, pese a la mala fama del sol, los baños solares son un gran aliado para mejorar nuestra salud.

Sin sol nuestro organismo no puede sintetizar la vitamina D , una vitamina solar que está implicada en numerosas enfermedades , desde la hipertensión al cáncer de colon, pasando por la diabetes, el asma o la demencia. A pesar de que todo apunta a que la vitamina D juega un papel importante en el mantenimiento de la salud, el 75% de la población mundial tiene niveles por debajo de lo recomendable, debido en parte a los cambios en los estilos de vida , que cada vez más transcurre en espacios cerrados. Y nuestro país, a pesar de contar con un buen número de días soleados, no es una excepción. De manera, que no tema tanto a los rayos ultravioletas. Eso sí, tome el sol con cabeza.

Aunque el protector solar no es una barrera infranqueable para los rayos ultravioleta -los más dañinos- ayudan a disminuir el riesgo de quemaduras si se utilizan de forma adecuada. Esther Martín , de la Sociedad Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria explica que la piel «tiene memoria» y «recuerda» la quemadura aunque ésta desaparezca. Digamos que el daño queda «tatuado» en una dimensión subcutánea, facilitando a largo plazo la aparición de melanoma.

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