incendios forestales
La superficie quemada se reduce un 18% respecto del año pasado
Este verano han ardido 27.178 hectáreas, un 35% menos que la media de la última década
El fuego no es más que una reacción química de oxidación. Combustible y oxígeno se combinan en una mezcla que produce luz, calor, humo y ceniza. Su manejo permitió la supervivencia del hombre y ha sido objeto de culto a lo largo de la historia. Pero el fuego también es peligroso .
Según los datos facilitados por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente , a fecha de 12 de julio, la evolución de los incendios forestales en cuanto a hectáreas quemadas en 2015 está siendo mejor que el año pasado (un 18% menos ) y que la media de los últimos 10 años (un 35% inferior). Aún así, casi 30.000 hectáreas han ardido en lo que va de verano en grandes incendios. La cifra es provisional y todavía tienen que efectuarse mediciones concretas que avalen las estimaciones.
Grandes fuegos como el último en Òdena , Barcelona; el de Luna , Zaragoza –el más grande de este verano– o el de Quesada , en Jaén –que ha estado activo durante casi todo el mes de julio– ponen en alerta contra uno de los graves problemas a los que se enfrenta, especialmente cada verano, nuestro país.
Todos contra el fuego
Desde el Ministerio, José Manuel Jaquotot , subdirector General de Silvicultura y Montes, habla de la lucha contra el fuego como «uno de los elementos vertebradores del Estado». Ante los incendios, Medio Ambiente pone «al servicio de las comunidades» un dispositivo que incluye grandes hidroaviones y helicópteros capaces de descargar grandes cantidades de agua. Esos grandes aviones amarillos, los Canadair, con una capacidad de 5.000 litros, explica Jaquotot, son propiedad de Medio Ambiente, aunque los pilota personal del Ministerio de Defensa.
El subdirector de Silvicultura y Montes explica que, si bien en la lucha contra el fuego las competencias son de las comunidades y de las 17 administraciones, el Ministerio recibe los datos e informes para focalizar las campañas . Además gestiona labores de prevención y campañas de concienciación sobre los grandes incendios.
Por Grandes Incendios Forestales (GIF) se entienden todos aquellos fuegos de más de 500 hectáreas. En lo que va de verano, nueve han sido los fuegos de estas características que han puesto en jaque a la Unidad Militar de Emergencias (UME), a los bomberos, a brigadistas (en huelga desde el pasado 27 de julio), al Ministerio, a las comunidades y a toda España. Sin embargo, la medición efectiva de los terrenos quemados este verano no será oficial hasta que los agentes forestales y otras entidades realicen las investigaciones pertinentes, entre ellas, determinar las causas y la intencionalidad.
La mano del hombre
Desde el Ministerio de Medio Ambiente explican que el 96% de los incendios «están causados por actividades humanas, ya sea por negligencias y accidentes o de forma intencionada», aunque solamente un juez puede determinar cuándo un incendio ha sido intencionado . Pero, más allá de las anécdotas sobre pirómanos y quemas intencionadas, los grandes incendios son un grave problema en España, que pueden tener consecuencias dramáticas, como ocurrió en el trágico incendio de Guadalajara , en el que hace ahora diez años murieron 11 personas .
Este año se ha reformado la Ley de Montes , no exenta de polémica. En cualquier caso, desde el Ministerio explican que la reforma del artículo 50 que permite recalificar terrenos sin esperar 30 años en pos de un «interés general», solamente tiene como objetivo evitar incendios provocados para saltarse posibles recalificaciones. Sin embargo, muchas organizaciones se muestran escépticas y esperan a ver cómo se aplica la ley. Pero en lo que todos los que luchan contra el fuego coinciden es en «señalar al culpable» de los incendios. El director de Greenpeace en España , Mario Rodríguez , recuerda que «todo el mundo puede hacer algo contra los incendios». La organización acaba de presentar un informe en el que pide «reforzar el papel de las fiscalías de Medio Ambiente en la función preventiva en coordinación con las autoridades administrativas».
Joaquín Bedia , investigador del Instituto de Física de Cantabria ( IFCA ), del CSIC, ha publicado junto con otros dos investigadores un estudio que alerta de la relación entre el cambio climático y las superficies quemadas en España. Bedia explica que las proyecciones climatológicas señalan un aumento de temperatura en la Península y una mayor frecuencia de episodios climatológicos que favorecen los grandes incendios –como los que ha habido este verano–, por lo que pueden ser cada vez peores y más difíciles de controlar . De ahí que, al vincular históricamente la superficie quemada a los datos del clima, las predicciones apuntan a que en las próximas décadas podría triplicarse el área quemada en la Península.
Sin embargo, Bedia recuerda que «ha habido una tendencia a la baja en el número de grandes incendios salvo el norte de Portugal y algunas zonas de Levante », por lo que estos datos solo son una proyección de lo que podría pasar si las condiciones no cambian. La lucha contra los grandes incendios es una tarea que no se puede abandonar y la concienciación y la prevención son inexcusables.
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