Playas de cine
Actualizado:A menudo durante este largo, larguísimo verano, en que las temperaturas no dan tregua, vemos en la televisión a cientos o miles de veraneantes abarrotando las playas, sin apenas dejar resquicio para el último que llegue. Primero, la toalla, la sombrilla y demás bártulos; después hacerse un hueco para alcanzar el agua liberalizadora. En algunas playas hay que pedir perdón continuamente por encontrar un resquicio o dar una brazada. Pocos campeones olímpicos saldrán de estos veranos.
No creo que sea la playa Victoria u otras de la provincia de Cádiz las más pobladas porque hace unos días estuve y eran transitables, ellas sí invitan al verano
De las otras playas, las superpobladas, no siento envidia, por eso decido marcharme a las cinematográficas e imagino a los solitarios y abrazados Burt Lancaster y Deborah Kerr en 'De aquí a la eternidad', con ese beso rebozado y remojado que conocen todas las generaciones... También me dejo llevar por el recuerdo cuando veo salir del mar a Ursula Andress en 'James Bond contra el doctor No', e incluso en el homenaje de Halle Berry a la espectacular actriz sueca cuando también surgió de las aguas en 'Muere otro día', aguas que, por cierto, se situaban en La Caleta gaditana.
Así, si. Playas sin agobios con Bo Derek, bañador color carne y pelo trenzado en '10. La mujer perfecta' y mucho antes con una jovencísima Brigitte Bardot confirmando que 'Dios creó a la mujer'.
Marilyn Monroe en 'Con faldas y a lo loco', y con un púdico albornoz nos muestra también otras playas no abarrotadas en las que no debe faltar la música y las canciones de Elvis Presley ('Amor en Hawai'), los Who ('Quodrophenia') o Vangelis con el espectacular entrenamiento de los atletas en 'Carros de fuego'.
Las playas son para caminar, descansar bajo el sol y tener un lugar donde dejarse llevar por las olas aunque, a Monsieur Hulot no le hacía falta mojarse a tenor de lo vestido y elegante que aparece en '«Las vacaciones de Monsieur Hulot', la comedia que se reestrena comercialmente este fin de semana tras su restauración. Una buena oferta para admirar en pantalla grande al torpe, divertido pero sobre todo entrañable Jacques Tati. Ah...y los cines tienen aire acondicionado.