Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizSociedad
el ambigú

Trenes para soñar

EDUARDO MOYANO
Actualizado:

Los trenes ya han perdido el romanticismo que les convertían en un medio recurrente para cualquier viaje. El viaje Madrid-Cádiz no llega a las cuatro horas cuando antes el expreso nocturno daba para diez y la posibilidad de encontrar amistades o amores para toda la vida. Incluso el Talgo con sus ocho horas eternas o el Rápido, nunca supe por qué se llamó así, ya que tardaba más que ningún otro, eran una forma de viajar diferente a los viajes actuales en que algunos continúan olvidando que el móvil está muy bien apagado y siguen contándonos su vida en las conversaciones con sus interlocutores. El progreso no se detiene pero será difícil contar historias con trenes que ya no invitan a la aventura. Eso sí, es de agradecer la duración del viaje y dejar los calores agobiantes y secos de Madrid y oler el mar y la brisa en tan solo cuatro horas, en estos vagones con asientos impersonales y donde cada uno va a lo suyo que puede traducirse en móvil, ordenador o auriculares para ver la película, casi siempre norteamericana.

En los trenes actuales no lo tendremos nada fácil para acceder al departamento de una desconocida en viajes como el que realiza Cary Grant junto a Eva Marie Saint en ‘Con la muerte en los talones’. Hay que imaginarse una noche muy especial y recordar que Hitchcock gustaba de este medio de transporte para ambientar algunas de sus tramas (Alarma en el expreso, Extraños en un tren...) Los crímenes se daban bien en la pantalla cuando se viajaba en tren ( Asesinato en el Orient Express) o el ferrocarril ayudaba a poblar las áridas tierras en los western si no eran asaltados por bandidos sin escrúpulos.

Pero esos trenes también evocan a estrellas de antes cuando viajaban en el Expreso de Shangay (Marlene Dietrich) o todavía actuales trazando las vías por las llanuras de Kenia con una Meryl Streep expectante, en ‘Memorias de África’ cuando viaja para encontrase con su futuro marido y antes conoce a un cazador que interpreta Robert Redford... Trenes de todos los colores y para todos los recuerdos. Los hay malos, como los que se emplearon en las guerras, como el que se desploma en el Puente sobre el rio Kwai o los que transportan a los prisioneros como ganado. También hay familias desterradas como la que traslada al Dr. Zhivago y su familia a la estepa siberiana. Hay trenes de inmigrantes que viajan a lo desconocido o simplemente para quienes se conocen y enamoran en Antes del amanecer...

Los trenes de ahora y del futuro no parece que inventen nuevas historias si no tienen un tono catastrofista o apocalíptico. Los trenes fueron los vehículos del siglo XX y en este en que estamos, no sabemos si serán un vehículo para salvar a la raza humana, aunque eso sí separados los ricos de los pobres en propuestas como ‘Snowpiercer’ (Rompehielos), el filme John-ho Bong.

Mañana volveré en tren y será difícil imaginar algo que no sea llegar al destino. Los móviles seguirán rompiendo el silencio. Con el vecino no habrá más allá de un hola o adiós, y eso si hay suerte y andamos un poco comunicativos.