Francia respira «aliviada»: dos semanas de canícula se han cobrado 700 muertos

Se trata de una cifra oficial. Según el ministerio de Sanidad, entre el 29 de junio y el 10 de julio, solo se ha «detectado» un incremento de la mortalidad del 7%, con respecto a las cifras tradicionales de años anteriores. Ese 7% equivale a unos 700 muertos «suplementarios» , víctimas directas o indirectas de una canícula que París y varios departamentos viven con relativa «angustia».

En París, temperaturas de 30 a 36 grados son relativamente excepcionales, en una capital donde el aire acondicionado destaca por su ausencia en la inmensa mayoría de lugares públicos. En el resto de Francia, las temperaturas de 40º son igualmente raras e impresionantes.

Marisol Touraine , ministra de Sanidad, ha comentado políticamente «aliviada» el incremento relativamente «modesto» de la mortalidad de primeros de julio, afirmando: «Nuestro país ha sabido hacer frente a la ola de calor, poniendo coto a su impacto sanitario, a través de campañas de información y medidas prácticas eficaces».

Sobre Francia pesa, desde hace años, el recuerdo trágico del verano de 2003, cuando la canícula se cobró más de 15.000 muertes , en todo el país.

Año tras año, desde entonces, las autoridades sanitarias comienzan el verano con campañas de información y consejo, finalmente eficaces.

Según los portavoces oficiales del ministerio de Sanidad, la ola de calor «sahariano» que comenzó a mediados de junio provocó una alza espectacular del 30 al 40% de las consultas médicas en toda Francia. Los servicios de urgencia han sido solicitados este año diez veces más que años pasados. Pero, afortunadamente, la respuesta sanitaria nacional ha funcionado con eficacia , limitando un incremento de la mortalidad, con una cifra que, en su modestia, no deja de ser llamativa: 700 muertos víctimas de calor, en dos semanas, equivale a unos 50 muertos diarios.