Los taxis eléctricos y sin conductor reducirán las emisiones de CO2

Un estudio del Laboratorio Berkeley concluye que esta será la opción más verde y económica a partir de 2030

Los taxis eléctricos y sin conductor reducirán las emisiones de CO2 REUTERS

a.acosta

Imagine u na flota de taxis eléctricos sin conductor recorriendo su ciudad, listos para recogerle y llevarle a su destino en cuanto usted les avise. Puede parecer fantástico, pero también puede ser solo cuestión de tiempo antes de que se convierta en realidad. De acuerdo a un nuevo estudio del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab), en California (Estados Unidos), u n sistema de este tipo sería rentable y al mismo tiempo reduciría considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero por kilómetro.

Según este análisis, que publica la revista «Nature Climate Change» y ha sido financiado por el Departamento de Energía de Estados Unidos, las emisiones de gases de efecto invernadero por kilómetro de un vehículo eléctrico autónomo (sin conductor) usado como taxi en 2030 serían entre un 63 y un 82% menores que las de un vehículo híbrido utilizado como vehículo privado también en esa fecha y un 90% menores que lo que emitió un vehículo privado con motor de gasolina en 2014. Casi la mitad de los ahorros sería atribuible al «correcto dimensionamiento» del vehículo, donde el tamaño del taxi se adapta a las necesidades de ocupación de cada viaje.

La investigación, llevada a cabo por los científicos del Berkeley Lab Jeffery Greenblatt y Samveg Saxena, podría ser parte de la respuesta ante el desafío que supone una descarbonización neta del planeta antes de que termine este siglo. Según el quinto informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), para que la temperatura media del planeta no aumente más de 2ºC habría que reducir las emisiones entre un 40 y un 70 por ciento con respecto a 2010 a mediados de siglo, y a casi cero para final del siglo. Y estas reducciones en las emisiones solo pueden lograrse a partir de cambios a gran escala en los sistemas energéticos, el transporte y el uso del suelo.

La movilidad en las ciudades, teniendo en cuenta que en 2050 dos de cada tres personas vivirán en las urbes, no deja de ser una parte importante en la tarta de emisiones. «Cuando empezamos a fijarnos en los vehículos autónomos, encontramos que, de todas las variables que podríamos considerar, el uso de estos coches, como parte de un sistema de transporte compartido, parecía ser la clave para reducir el uso de energía por kilómetro recorrido» , dice Jeffery Greenblatt.

Coches de uno o dos asientos

Muchos fabricantes de automóviles y otras compañías, como Google, trabajan en la actualidad en el desarrollo de coches autónomos. En este sentido, las conclusiones del análisis del Berkeley Lab pueden darles algunas ideas útiles. Un dimensionamiento adecuado del vehículo es rentable tanto para el propietario de la flota como para los pasajeros, explican los investigadores, y ya hay empresas que están explorando opciones de solo uno o dos asientos. Y es que no es lo mismo un solo pasajero sin equipaje, por ejemplo, que un grupo de cuatro pasajeros con maletas. El pasajero solitario requeriría un taxi mucho menor que el grupo de cuatro, y supondría ahorros tanto para el pasajero como para el propietario de la flota.

Otro factor que contribuye a reducir las emisiones de los taxis autónomos e s una red eléctrica más limpia , porque de nada sirve inundar las ciudades de coches eléctricos y puestos de recarga si la electricidad para cargarlos procede de fuentes no renovables. Para el año 2030 se espera que las plantas de energía utilicen más energía renovable, disminuyendo su intensidad energética.

Además, los coches autónomos presentan eficiencias adicionales, que han sido objeto de otras investigaciones, como la capacidad de conducir muy cerca por detrás de otros coches autónomos para reducir la resistencia al viento, o una aceleración y frenado más suaves.

Análisis económico

Los investigadores también llevaron a cabo un análisis económico para determinar la rentabilidad de los taxis eléctricos sin conductor. A 19.000 kilómetros por año, que es la distancia media recorrida en Estados Unidos para los coches privados, se espera que en 2030 los vehículos eléctricos aún sean más caros que conducir un coche de gasolina –hay que tener en cuenta el bajo precio de la gasolina en Estados Unidos en la actualidad–, pero si el vehículo circula entre 64.000 y 112.000 millas por año (el promedio de los taxis en Estados Unidos), el análisis estima que un vehículo movido por energías alternativas, ya sea pila de hidrógeno o batería eléctrica, sería la opción más rentable.

El coste se calculó teniendo en cuenta gastos de mantenimiento, combustible, seguros y el coste real del vehículo (suponiendo un préstamo a cinco años). La clave está en que a pesar de que un vehículo más eficiente es más caro, el coste de combustible por kilómetro recorrido es menor , con lo que el ahorro paga la inversión adicional. «Uno no encuentra a menudo que la opción más barata sea también la más verde», afirma Greenblatt.

Los investigadores calculan que si el 5% de las ventas de vehículos en 2030 (unos 800.000 vehículos) se desplazaran a taxis autónomos se ahorrarían unos 7 millones de barriles de petróleo por año y se reducirían las emisiones anuales de gases de efecto invernadero entre 2,1 y 2,4 millones de toneladas métricas de CO2 por año, equivalentes a los ahorros de emisiones de más de 1.000 aerogeneradores de dos megavatios.

Los taxis eléctricos y sin conductor reducirán las emisiones de CO2

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