Verano saludable

Claves para prevenir las infecciones provocadas por hongos en piscinas

Calor y humedad son los factores que hacen de las piscinas el caldo de cultivo ideal para estas incómodas infecciones

Claves para prevenir las infecciones provocadas por hongos en piscinas Eduardo Manzana

A.V.G.

En verano se diagnostican más casos de infección por hongos ya que se dan las condiciones ideales para su aparición: un aumento de la temperatura y la humedad, junto con una mayor actividad física. Un 8% de las personas que acuden a piscinas contrae la forma más común de infección de hongos, el pie de atleta .

Las zonas en las que suelen manifestarse son en pies, uñas, manos e ingles . Por ello, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica explica que la mejor forma de prevención es evitar andar descalzos en áreas comunes como aseos y duchas y, por parte de los responsables de las piscinas, extremar la higiene en dichas áreas utilizando agentes esporicidas.

No hay personas inmunes a las infecciones por hongos. Entre los factores externos que influyen en su aparición se encuentran el ambiente húmedo y mal higienizado así como las lesiones en uñas que producen el lecho ideal para la sobrecolonización por hongos. Además existen factores del propio individuo como la piel muy grasa. Existen enfermedades y tratamientos que favorecen la aparición de hongos como por ejemplo los corticoides, los antibióticos de amplio espectro, la diabetes mellitus, los inmunosupresores, etc.

Es importante tener en cuenta que algunos hongos sobreviven en los restos de células descamadas de la piel, por lo que si se produce un contacto directo con estos restos se puede producir un contagio. El más típico es caminar descalzo en baños públicos mal higienizados .

Algunas de las claves para la prevención:

1. No caminar descalzo por el borde de la piscina ni por el suelo mojado: Siempre debemos llevar puestas las zapatillas y las chanclas, sobre todo en las zonas húmedas expuestas al sol en los bordes de la piscina.

2. Asear los pies a diario: Hay que asegurarse de lavar bien los tobillos, las plantas, las uñas y los espacios entre los dedos.

3. Secarse bien el cuerpo: Es muy importante secarse muy bien todo el cuerpo y no dejar partes húmedas como las corvas, entre los dedos, las axilas, etc.

4. Evitar el sudor excesivo: Cuando tomamos el sol debemos tener en cuenta algunas zonas del cuerpo en las que el exceso de sudoración puede ser un foco de hongos. En cuanto a la ropa, se ha de elegir un calzado apropiado y evitar que el pie esté encerrado y sudoroso. También hay que procurar usar calcetines de algodón que dejen transpirar la piel.

5. Eliminar las durezas: Llevar los pies al aire, sumado a las elevadas temperaturas, hace que la piel de los talones y plantas de los pies se seque más de los normal por lo que es recomendable utilizar una lima o piedra pómez en las zonas rugosas un par de veces por semana e hidratar correctamente la piel preferiblemente por la noche.

6. Hidratar los más posible: Aplicar una buena crema hidratante después del lavado, sobre todo en los talones, la zona del pie que más se reseca y en la que pueden aparecer grietas es un factor muy importante para evitar que los pies sufran.

Claves para prevenir las infecciones provocadas por hongos en piscinas

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