El Papa dice a los nuevos arzobispos que «no se necesitan maestros, sino testigos»
Francisco entregó el «palio» a los nuevos arzobispos Carlos Osoro, Antonio Cañizares, Vicente Jiménez Zamora y Celso Morga
Después de comentar los episodios de la decapitación de Santiago y el arresto de Pedro en Jerusalén, el Papa ha dicho a los nuevos arzobispos metropolitanos: «Hoy no se necesitan maestros, sino testigos valientes , convencidos y convincentes, que no se avergüencen de Cristo ante los leones o las potencias del mundo».
Entre los 46 arzobispos nombrados a lo largo del último año figuran esta vez cuatro españoles: Carlos Osoro , de Madrid; Antonio Cañizares , de Valencia; Vicente Jiménez Zamora , de Zaragoza; y Celso Morga , de Mérida-Badajoz.
El Papa ha introducido una novedad en el rito que se celebra tradicionalmente en la fiesta de San Pedro y San Pablo. En lugar de imponer el «palio» –una pequeña estola de lana con seis cruces negras, símbolo de unión–, el Santo Padre se lo entregó, de modo que la ceremonia de imposición tenga lugar en la sede metropolitana y en presencia de los obispos de las diócesis sufragáneas.
Llamada a la ejemplaridad
En su homilía en la basílica de San Pedro, el Papa se refirió a «las atroces, inhumanas e inexplicables persecuciones que desgraciadamente perduran hoy en muchas partes del mundo, a menudo bajo la mirada y el silencio de todos». La palabra « mártir », que significa «testigo», ha vuelto a ser casi cotidiana en todas las Iglesias cristianas debido al salvajismo de grupos fanáticos en casi una veintena de países.
Al mismo tiempo, el Santo Padre recordó que «todo pasa, solo Dios permanece . Han pasado reinos, pueblos, culturas, naciones, ideologías, potencias pero la Iglesia permanece».
Con mucha fuerza, recordó a los nuevos metropolitanos que «la Iglesia no es de los Papas, de los obispos, de los sacerdotes y tampoco de los fieles. Es única y exclusivamente de Cristo. Y sólo quien vive en Cristo promueve y defiende la Iglesia con la santidad de vida ».
Insistiendo en la primacía del ejemplo personal, el Santo Padre citó un consejo de san Francisco de Asís a sus seguidores: « Anunciad siempre el Evangelio . Si es necesario, también con la palabra».
Era una llamada en toda regla a bajarse de cualquier pedestal, aponer en segundo lugar los discursos y a liderar por el ejemplo. Con toda crudeza, el Papa les advirtió que « una Iglesia o un cristiano sin testimonio es estéril ; es un muerto que cree estar vivo, un árbol seco que no da fruto, un pozo seco que no tiene agua».
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