El próximo Sínodo pedirá practicar el «perdón en familia» ante «la traición conyugal»
Por otra parte, propondrá el asesoramiento y la gratuidad para la nulidad matrimonial y estudiará restaurar la Eucaristía para los separados
El documento de trabajo para el segundo Sínodo de la Familia , presentado el miércoles en el Vaticano, sorprende por su gran extensión –veintiún mil palabras– y por un tono sereno que a veces falta en muchas intervenciones alarmistas o catastrofistas. El documento de trabajo es el índice de puntos y planteamientos para el debate en la asamblea de varios centenares de obispos, teólogos y expertos del mundo entero, bajo la presidencia del Papa.
El próximo Sínodo de Obispos sobre la Familia, que se celebrará el próximo mes de octubre en Roma, será positivo y esperanzador ya que, a diferencia del de 2014, que se centraba en identificar los problemas, la asamblea del próximo octubre se dedicará a estudiar soluciones .
El documento de trabajo –que incorpora la segunda gran consulta mundial realizada en los primeros meses del año– recuerda los desafíos económicos y culturales, como el d eseo de estabilidad afectiva de los de los jóvenes , ensombrecido por el miedo a contraer matrimonio, «que les parece fuera del alcance de las propias fuerzas» o bien por «la duda insuperable respecto a la constancia de los propios sentimientos».
Frente a las dificultades de los matrimonios jóvenes o en crisis, el documento invita a « formar y responsabilizar a algunas familias, que puedan acompañar a otras a vivir cristianamente ». Es un nuevo tipo de ayuda espiritual y práctica, que resulta cada vez más eficaz.
Según el documento, el mensaje cristiano «debe ser anunciado con un lenguaje que suscite esperanza», mediante una «comunicación clara y sugestiva, que no moralice, juzgue y controle». El texto recoge íntegramente las conclusiones de la asamblea de octubre del 2014, que subrayó la importancia de mantener actitudes respetuosas respecto a los homosexuales , las familias en crisis y los divorciados vueltos a casar.
Un punto interesante es la invitación al «perdón en la familia», pues hace falta «una continua disponibilidad a comprender las razones del otro» y practicar «el fatigoso arte de recomponer las relaciones». En «los casos más dolorosos, como la traición conyugal, es necesario reparar», con la esperanza de que « un pacto roto puede ser restablecido ».
En los casos de matrimonios irreversiblemente rotos, el documento sugiere crear en las diócesis servicios de asesoramiento gratuito sobre la conveniencia o no de acudir a un tribunal para un juicio sobre la posible nulidad. Los juicios deben ser también gratuitos , al menos para quien no pueda pagarlos y, sobre todo, rápidos.
En cuanto al acceso a la confesión y la Eucaristía de los divorciados que han contraído matrimonio civil o de las parejas que conviven sin casarse –que en muchos países son ya mayoría– , el documento traza solo líneas para el debate , recordando la práctica de las Iglesias Ortodoxas –que admiten un segundo y tercer matrimonio, como recurso penitencial–, y sugiriendo estudiar a fondo cada caso.
El documento incide en un problema creciente en casi todos los países: «El debilitamiento del papel educativo de los padres, debido a la presencia invasiva de los medios de comunicación dentro de la esfera familiar».
En su conclusión, el documento de trabajo recuerda que «la celebración del próximo Sínodo se sitúa a la luz del Jubileo Extraordinario de la Misericordia , que dará comienzo el 8 de diciembre».
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