«El caso de Olot confirma que la difteria es una ruleta rusa con balas reales»

Entrevista con Stephan Schneider el pediatra que diagnosticó el caso de difteria de Olot

«El caso de Olot confirma que la difteria es una ruleta rusa con balas reales» efe

esther armora

Rehúye protagonismos y cualquier tipo de reconocimiento, aunque lo cierto es que gracias a su agudeza profesional el caso de difteria de Olot (Gerona), que mantiene en la UCI a un menor de seis años luchando desesperadamente por su vida, no es una epidemia sino un brote de un único caso. El doctor Stephan Schneider, de origen alemán pero afincado en Cataluña desde finales de los 90, fue el que diagnosticó la afección en el menor de La Garrotxa partiendo de un desierto epidemiológico de más de tres décadas. «Lo hubiera hecho cualquier compañero mío», afirma con modestia en una entrevista concedida a ABC. Sin embargo, reconoce que llevaba «la antena puesta» desde hace años y y a advirtió de una posible aparición de la enfermedad en un escrito de 2011 en su blog en el que informaba de la aparición de un caso documentado en Francia, paciente que se desplazó casualmente a los carnavales de Sitges (Barcelona). «El caso de Olot solo confirma que la difteria es una ruleta rusa con balas reales», afirma el facultativo.

Cuando se encontró con el caso del menor, ¿qué le hizo sospechar que no era un simple cuadro vírico y que podía tratarse de difteria?

—No fue lo primero que pensé. Mis compañeros y yo debatimos el caso como en la serie televisiva «House». El primer diagnóstico fue mononucleosis porque era la enfermedad más probable. En segundo lugar pensamos que podría tratarse también de una infección estreptocócica y después sacamos la opción de la difteria .

Imagino la cara de los padres cuando el equipo facultativo les comentó la posibilidad...

—Se preocuparon y es lógico. Lo primero que nos dijeron es que su hijo no estaba vacunado .

¿Qué señales vio en la garganta del menor que le llevaron a aventurar el diagnóstico?

—No lo sé, porque nunca había visto un caso antes. Busqué por internet imágenes de la enfermedad y no hallé y, ante la sospecha, activé la alarma. Su cuello tenía un aspecto poco normal y decidí informar a las autoridades sanitarias para curarme en salud, sobre todo sabiendo que el menor no estaba vacunado.

¿Fue el hecho de que su abuelo padeciera la enfermedad y que las dos hermanas de éste fallecieran por su causa lo que ha despertado su sensibilidad y concienciación respecto a la dolencia?

—Sin lugar a dudas ha tenido que ver. La difteria siempre ha estado en mi subconsciente, siempre he pensado que era una enfermedad real, un peligro real. Siempre he tenido la antena puesta en la enfermedad.

Sin duda, los padres de Pau, el niño contagiado, no creían en la existencia de la misma...

—Estaban simplemente mal informados. Ahora ellos, y todos los padres del mundo, ya son conscientes de que la enfermedad es un riesgo real. El caso de Olot ha demostrado que la difteria es una ruleta rusa con balas reales.

¿Que les diría a los antivacunas que van lanzando el mensaje que la enfermedad está erradicada?

—Pues eso, que no es cierto y que difundiendo ese mensaje pasan casos como el de Olot. Los antivacunas mienten cuando dicen a las familias que ya no existe la difteria. Solo les pido responsabilidad.

Legislar, la última opción

¿Es partidario, como el consejero Boi Ruiz, de abrir el debate sobre la necesidad de legislar si no hay compromiso social en vacunarse?

—Yo apelo a la responsabilidad de las personas. Estoy más abierto al debate, legislar debe ser siempre la última opción en una cultura democrática.

¿Cree que debería reforzarse el mensaje sobre la revacunación de los adultos?

—Sí. Aunque los médicos informan sobre esa necesidad, las personas si están sanas no piensan en revacunarse y con los años la protección va bajando. Es importante que los adultos no olviden las dosis recordatorio para mantener la protección.

¿Qué hubiera pasado si no hubiera visto usted, tan sensibilizado con la enfermedad, al menor de Olot?

—Estoy convencido de que lo mismo. El resto de mis compañeros también hubieran activado la alerta ante la sospecha.

Por último, ¿qué sintió cuando le confirmaron que efectivamdente era difteria?

—Me lo comunicaron mis compañeros que estaban de guardia ese fin de semana y la verdad es que no me lo esperaba. Lancé la alerta para curarme en salud pero confiaba en que no se confirmaría.

Schneider concluye la entrevista con un deseo: «Que el caso de Olot y sus mensajes en los medios sirvan para sensibilizar a la gente».

«El caso de Olot confirma que la difteria es una ruleta rusa con balas reales»

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