El Papa invita a «educar a los hijos desde pequeños para que sean solidarios con los enfermos»
Advierte el Santo Padre que «una educación insensible les endurece el corazón y les ‘anestesia’ frente al sufrimiento de los demás»
Saliendo al paso de la pérdida de sentimientos en las sociedades ricas, el Papa Francisco ha invitado este miércoles 10 de junio a « educar a los hijos desde pequeños para que sean sensible y solidarios con los enfermos». De ese modo serán más humanos y más maduros, mientras que «una educación insensible les endurece el corazón y les ‘anestesia’ frente al sufrimiento de los demás».
El Santo Padre ha afirmado que « la familia ha sido siempre el ‘hospital’ más cercano», con una particularidad: «El dolor de los demás lo sentimos con más sufrimiento y angustia precisamente por el amor. Muchas veces, para un padre o una madre, es más difícil soportar el dolor de un hijo o de una hija que el propio».
En la audiencia general con más de cincuenta mil peregrinos, celebrada bajo un sol radiante en la plaza de San Pedro, el Papa ha recordado que Jesús dedicaba una atención prioritaria a los enfermos, y siempre los curaba. De hecho, «los doctores de la ley le reprochaban que curase en sábado, pero el amor de Jesús le llevaba a dar la salud, a hacer el bien, y esto debe estar siempre en primer lugar».
Comentando que «Jesús envió a sus discípulos a hacer los mismo», el Santo Padre ha afirmado que «esa es también la misión de la Iglesia: hacerse cargo de los enfermos hasta sus últimas consecuencias, siguiendo su ejemplo».
Era una invitación a no descargar esa responsabilidad en los hospitales o en la sociedad, y a afrontarla de modo realista en la propia casa pues «ante la enfermedad, a veces surgen dificultades, incluso en la familia, a causa de la debilidad humana. Pero, en general,los periodos de enfermedad refuerzan los lazos familiares».
En la práctica, según el Papa, «muchas veces veremos un papá o una mamá con la cara extraña. ¿Qué sucede? Que han dormido solo dos horas por la noche por la enfermedad de un hijo, del padre, del abuelo… ¡Este es el heroísmo escondido de las familias!».
En su línea de liderazgo por el ejemplo, el Papa dedica siempre una atención prioritaria a los enfermos, a los que saluda en una sala donde no pasan calor antes de salir a la plaza de San Pedro para la audiencia general. Y en todos sus viajes internacionales –excepto en los que duran pocas horas como el del pasado sábado a Sarajevo - incluye siempre encuentros con los enfermos.
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