Comerse la placenta no tiene beneficios para la salud
No existen datos que apoyen la idea de que ingerir la placenta proteja contra la depresión postparto o ayude a la lactancia, según un estudio de la Universidad de Northwestern (EE.UU.)
La idea de que ingerir la placenta es beneficiosa para la salud se ha extendido en los últimos años en celebridades como Tom Cruise o el «clan» de las Kardashian. Sin embargo, una nueva revisión de la Universidad estadounidense de Northwestern, en Evanston, (Illinois), de diez estudios de investigación publicados sobre esta práctica, llamada placentofagia, no han encontrado datos humanos o animales que apoyen esta creencia popular.
Entre los beneficios que se asocian a la ingesta de la placenta, ya sea cruda, cocinada o encapsulada, está el ofrecer protección contra la depresión postparto, reducir el dolor tras el alumbramiento, aumentar la energía, ayudar con la lactancia, promover la elasticidad de la piel, mejorar la vinculación materna o reponer el hierro en el cuerpo.
Los científicos alertan en su trabajo, que se publica el jueves 4 de junio en «Archives of Women's Mental Health», de la ausencia de estudios que examinen el riesgo de la placentofagia. La placenta actúa como un filtro para absorber y proteger al feto en desarrollo de las toxinas y los contaminantes. «Hay una gran cantidad de informes subjetivos de mujeres que perciben beneficios, pero no ha habido ninguna investigación sistemática que analice los beneficios o el riesgo de la ingestión de la placenta», destaca el autor del estudio, Crystal Clark, profesora asistente de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Universidad de Northwestern.
«Los estudios en ratones no son traducibles en beneficios humanos», subraya esta psiquiatra especializada en trastornos del estado de ánimo relacionados con la reproducción en el Center Asher para el Estudio y Tratamiento de los Trastornos Depresivos de la Universidad de Northwestern. Se desconoce el riesgo de la placentofagia para las mujeres que la comen y para sus hijos, si les están dando pecho.
«Nuestra sensación es que las mujeres que eligen la placentofagia, que deberían ser muy cuidadosas con lo que meten en sus cuerpos durante el embarazo y la lactancia, están dispuestas a ingerir algo sin evidencia de sus beneficios y, lo más importante, de sus riesgos potenciales para ellas mismos y sus lactantes», señala la psicóloga Cynthia Coyle, también autora del trabajo y miembro de la Facultad Feinberg de Medicina de Northwestern.
Coyle afirma que «no hay regulaciones sobre cómo se almacena la placenta y se prepara, y la dosificación es inconsistente. Las mujeres realmente no saben qué están ingiriendo». Según la experta, se necesita investigación para proporcionar respuestas.
Coyle espera que el estudio incentive conversaciones entre las mujeres y sus médicos acerca de sus planes para después del nacimiento, por lo que los médicos pueden informar a sus pacientes sobre la ciencia o la falta de ella y apoyar a las pacientes en su proceso de toma de decisiones.
Clark se interesó en la placentofagia después de algunas de sus pacientes embarazadas le preguntaran si comer sus placentas podría interferir con sus medicamentos antidepresivos. Esta doctora no estaba familiarizada con la práctica y comenzó a preguntar a otras de sus pacientes al respecto. "Me sorprendió que era más generalizado de lo que esperaba", afirma Clark.
Aunque casi todos los mamíferos placentarios no humanos ingieren su placenta después del parto, los primeros relatos documentados de mujeres que después del alumbramiento practicaron la placentofagia son de América del Norte en la década de 1970, según el estudio. En los últimos años, los defensores y los medios de comunicación han popularizado beneficios para la salud de esta práctica, y más mujeres la están considerando como una opción para la recuperación postparto.
"La popularidad se ha disparado en los últimos años --subraya Clark--. Nuestra sensación es que las personas no están tomando esta decisión sobre la base de la ciencia o de hablar con los médicos. Algunas mujeres están haciendo esto basándose en noticias de prensa, blogs y páginas web".