están divorciados
Un tribunal italiano decide la dieta del hijo de una madre vegetariana y un padre carnívoro
Frente a la disputa de los padres, el juez decide que el menor coma «carne al menos una vez durante la semana y máximo dos en el fin de semana»
De lunes a viernes, con la madre vegetariana el plato principal era arroz cocido y verduras. En los fines de semana, con el padre, el adolescente de doce años, se resarcía con grandes atracones de hamburguesas en McDonald’s o de salchichas en casa de la abuela paterna. Sobre la alimentación del hijo sus padres divorciados estaban en completo desacuerdo , hasta el punto de que sus broncas acabaron en un tribunal de justicia, según informa el diario el «Eco di Bergamo», ciudad de 120.000 habitantes, en la provincia de Lombardía, Italia.
La madre del menor es vegetariana, no come carne desde hace nueve años y ha impuesto su sistema de alimentación al hijo. El padre, furioso con la decisión unilateral de su exmujer, la ha acusado de poner en riesgo la salud del menor . Inicialmente intentó resolver el problema preparando una alimentación basada en carne, productos lácteos y dulces, durante los fines de semana, cuando el hijo vive con él. Pero la mujer se lamentaba de que el hijo, después de pasar el fin de semana con el padre, volvía el lunes a casa con dolores de estómago.
Ante el creciente malestar y aumento de las discusiones entre la pareja, el exmarido decidió plantear el caso en un Tribunal , para pedir al juez que «adoptara una decisión sobre la alimentación del hijo, ante la falta de acuerdo entre los padres». El magistrado ha dictado una sentencia salomónica: la madre debe comprometerse a cocinar la carne para el hijo al menos una vez por semana, mientras el padre no la debe suministrar más de dos veces cada fin de semana.
La realidad supera la ficción
¿Caso cerrado? Está por ver. El caso no es insólito y demuestra que la realidad supera a menudo la ficción . En el pasado Festival del cine de Venecia tuvo notable éxito, y sus dos protagonistas fueron premiados como mejores actores de la Mostra, la película «Hungry Hearts» («corazones hambrientos», título también de una canción de Bruce Springteen), cuarto filme del realizador Saverio Costanzo, que se inspira en la novela «El niño índigo» de Marco Franzoso. El argumento es un violento conflicto en un matrimonio sobre la alimentación de un niño apenas nacido .
La italiana Mina (Alba Rohrwacher), empleada en la embajada, y el americano Jude (Adam Driver) se encuentran casualmente en Nueva York, se enamoran, se casan y muy pronto tienen un niño. Mina se convence desde el inicio del embarazo que su hijo será especial y debe ser protegido de la contaminación alimentaria y ambiental, no permitiendo que tome al aire y el sol. Mina es vegana, cada día más obsesionada en evitar que su hijo se alimente con productos de origen animal incluidos sus derivados. El marido lo acepta hasta que un médico le descubre la terrible realidad: el niño no crece por la carencia en alimentación y está en peligro. Por su cuenta lo nutre a escondidas, llevándoselo incluso a la iglesia, y le da el jamón liofilizado prohibido por la madre. Ella lo descubre y le da, también a escondidas, un aceite para «purificarlo» y que no le haga efecto la alimentación que le da el padre. Inevitablemente se llega así a la confrontación y el caso se resuelve con violencia.
El realizador italiano Costanzo explicó que esta historia es imaginable en Nueva York, pero no en Italia, «porque los italianos tenemos la cultura familiar y gastronómica, por lo cual es impensable que algo así pueda suceder en Roma o Milán», subrayó el director. Se equivocó rotundamente, porque e l caso de Bergamo demuestra que la realidad supera a la ficción.
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